Cristina viaja a Cádiz por la reconciliación con España

Cristina viaja a Cádiz en plan de reconciliación con España. La Presidenta confirmó su participación en la Cumbre Iberoamericana que se llevará a cabo el próximo 16 y 17 de noviembre. Lo hizo luego de una seguidilla de gestiones y gestos diplomáticos por parte del gobierno de Mariano Rajoy que descomprimieron la relación bilateral, tensa desde la expropiación de YPF a la empresa Repsol.
"España hizo todo lo que pidió la Presidenta para concretar el viaje", confió a WE un diplomático ibérico. Se refería a varios requerimientos de la diplomacia argentina para asegurar la participación de Cristina.
Desde un primer momento, la mandataria argentina hizo saber que no participaría de la Cumbre si asistía el nuevo presidente paraguayo, Federico Franco, no reconocido por los países del Mercosur.
Para lograr su objetivo, el mismísimo presidente español Mariano Rajoy se reunió con Franco en Nueva York, en un aparte de la Asamblea de Naciones Unidas, para negociar su desinvitación a la reunión. El paraguayo salió del encuentro con Rajoy y anunció que no viajará a Cádiz.
El otro gesto de conciliación por parte de Madrid fue la decisión, anunciada a mediados de octubre, de volver a comprar biodiesel argentino, después del bloqueo que el gobierno de Rajoy había impuesto como represalia por la expropiación argentina de YPF. Para la Argentina es un negocio que ronda los 750 millones de euros.
El gobierno español centró sus esfuerzos en asegurar el viaje de la Presidenta a Cádiz por temor al efecto arrastre que podía generar su ausencia en países como Venezuela o Ecuador, aliados de la Rosada.
El problema es que todavía falta mucho para reconstruir una relación bilateral herida por la salida de Repsol de YPF.
Justamente, el 10 de noviembre, menos de una semana antes de la Cumbre Iberoamericana, termina el plazo de seis meses que debe respetar Repsol antes de presentar una demanda contra Argentina en los tribunales internacionales, especialmente ante el CIADI.
Anoche, fuentes de la petrolera española daban cuenta de la posibilidad de demorar cualquier presentación internacional a la espera de los resultados de Cádiz y la chance de que la reanudación del diálogo entre Madrid y Buenos Aires permita llegar a un acuerdo indemnizatorio sin necesidad de litigar internacionalmente.
El propio gobierno de Rajoy, a sabiendas de la hipersensibilidad argentina, estaría haciendo gestiones para evitar una presentación que pueda servir de excusa a la mandataria para cancelar el viaje. El argumento es que Repsol espere a la Cumbre y, de no ser fructífera, defina si se presenta o no ante el CIADI, el tribunal que define disputas comerciales entre países.
De hecho, los diplomáticos españoles esperan que se concrete aunque sea un café a solas entre Cristina y Rajoy para poder abordar los temas espinosos de la relación y regenerar la cercanía que han tenido España y Argentina históricamente.
La Presidenta incluso tiene en carpeta el pedido de una reunión bilateral que le hizo su colega haitiano, Joseph Martelly.
A diferencia de las cumbres anteriores, la Madre Patria llega en plena crisis económica y social. Será una reunión de países con los roles cambiados porque América latina con sus altibajos económicos había acudido hasta ahora a cada cumbre con la expectativa de que España le abriera las puertas del comercio de Europa o una asistencia financiera. Esta vez, el planteo es el inverso. En Cádiz se va a hablar de la posibilidad de que sean los países latinoamericanos, en crecimiento, los que diseñen un plan de salvataje para España, un país agobiado por la recesión y el desempleo.
De hecho, Madrid ha pedido a las Cancillerías de los países participantes que limiten sus delegaciones porque la reunión debía ser austera en tiempos de crisis.
Claro que tanto esfuerzo diplomático, y hasta la confirmación verbal del propio embajador argentino en Madrid Carlos Bettini del viaje de Cristina, no significan que la visita esté asegurada. El año pasado, CFK suspendió su participación en la Cumbre que se realizó en Asunción por un cuadro de hipotensión. Y esta semana, Cristina suspendió un día su agenda por la misma razón. El pasaje está comprado y las valijas hechas, pero hasta que la Presidenta no se suba al avión, los españoles no respirarán tranquilos. z we
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