¿Por qué Internet es tan lento en Argentina?

En comparación con el resto del mundo, el Internet de la Argentina no es el mejor. Incluso a pesar del incremento el ancho de banda; no parecer ser suficiente. ¿Qué es lo que se hace mal? Por Ing. Alejandro Popovsky.

Si alguna vez viajo a Estados Unidos probablemente haya experimentado al navegar por Internet velocidades mayores de acceso que las que habitualmente experimenta desde aquí, a pesar que los proveedores argentinos de Internet han estado incrementando las ofertas de ancho de banda en forma constante desde hace muchos años.

No siempre logramos al navegar alcanzar las velocidades nominales que contratamos. Todos los proveedores de acceso a Internet en Argentina -y en todo el mundo- realizan alguna clase de "overbooking", ya que en general sus clientes no están demandando la capacidad de acceso contratada en forma permanente, lo que les permite a su vez aprovisionarse con proveedores de mayor nivel contratando una capacidad que es menor a la capacidad total que venden a sus clientes. Solo en algunos contratos para empresas se ofrece el servicio sin overbooking o con un overbooking menor, siendo bastante más caros.

Si el proveedor de servicio ha dimensionado bien sus redes y sus contratos de interconexión y aprovisionamiento, el cliente argentino no debería tener problemas ya que estadísticamente la probabilidad de que muchos clientes sumen un tráfico que sature los enlaces de interconexión de los proveedores, o incluso sus redes de acceso, es relativamente baja. Pero para el caso de muchos proveedores, la calidad de la experiencia del usuario no es constante sino que sube y baja según la hora del día y las condiciones de tráfico, evidenciando en determinados horarios una capacidad ofrecida menor a la nominal.

La causa más significativa de esta baja en la experiencia del usuario, quizás no sea la disminución horaria del ancho de banda disponible. Sino el aumento de los tiempos de viaje de la información entre los servidores y el cliente, lo que se entiende por round trip time. Podríamos pensar que los tiempos de viaje extendidos se deben a la distancia que tenemos a Estados Unidos y a Europa, y a la velocidad limitada de la luz que transporta la información por las fibras submarinas. Pero este tiempo de viaje no es el mayor componente del retardo. Además hoy en día, la mayoría de los servidores que accedemos están muy cerca y forman parte de las "redes de distribución de contenidos" a través de las cuales se distribuye el video, las fotos y la información a los billones de usuarios en todo el mundo. Redes que alojan servidores en los grandes proveedores de servicio y en los centros de interconexión (IXP's) de nuestro país y del mundo.

En realidad el componente más importante del retardo se encuentra en las colas de salida de los dispositivos que conducen  los paquetes de información, y más precisamente en aquellas colas de salida que se convierten en los cuellos de botella del camino de la información que llega a nuestras computadoras, celulares, tabletas, y otros dispositivos. Cuando llega la información al cuello de botella más rápido de lo que puede salir de allí, entonces la cola de paquetes de información crece provocando, en algunos casos,  los largos retardos que tanto nos afectan.

¿Y porqué afectan tanto estos retardos? Gran parte de la calidad de la experiencia del usuario depende del tiempo de respuesta a sus requerimientos. Cuando bajamos una página web, en realidad estamos bajando un documento html y muchas decenas de pequeños gráficos y componentes, que determinan la visualización de la página. La bajada de cada uno de estos gráficos representa una transacción separada. Y cada una de ellas tendrá una duración que nunca podrá ser menor al "round trip time" entre el cliente y el servidor. Los "round trip times" habituales en la Argentina para clientes domiciliarios pueden variar entre 30 milisegundos y medio segundo dependiendo de la hora del día y el nivel de tráfico. Entonces la bajada completa de una página como la de un diario argentino, a veces con más de 100 de componentes, puede llegar a tardar decenas de segundos. Y no importa demasiado si tenemos un ancho de banda muy alto, sino la demora mínima en completar cada una de las muchas transacciones, que se van sumando en una espera muchas veces considerable.

 

¿Hay solución?

 

Existen alternativas para la mejora de la situación. Los proveedores de servicio de Internet podrían mejorar notablemente la calidad de experiencia del usuario sin necesidad de darles un aumento del ancho de banda. La tecnología para esto se llama Active Queue Management (AQM) y actúa en los dispositivos que conducen los paquetes de información, disminuyendo las longitudes en las colas de salida a través del descarte o marcado de paquetes, que los servidores interpretan luego como una señal que deben disminuir la cantidad de información "en viaje".

Actualmente no es común que los proveedores de Internet en Argentina implementen esta tecnología, e incluso muchos de ellos no están al tanto del problema. Para complicar más las cosas, esta tecnología no siempre está disponible en los dispositivos que limitan al cliente a su capacidad nominal contratada, que son generalmente los que alojan en el cuello de botella.

Los servidores que envían el contenido a los usuarios podrían colaborar en la solución del problema, incorporando algoritmos de congestión basados en el retardo, pero casi nunca lo hacen, porque significaría relegar velocidad a otras conexiones que compartan el cuello de botella. Aunque hay algunas excepciones, como por ejemplo los servicios de actualización de Apple software. La adopción del protocolo HTTP/2 por parte de servidores y navegadores podrá aliviar en parte el problema, pero la navegación seguirá teniendo una característica transaccional.

 

¿Podemos los usuarios hacer algo para aliviar el problema?

 

Hasta ahora no era posible para el usuario hacer nada, el control de congestión y con ellos el control de los retardos dependían del emisor del contenido y del operador de la red. Recientemente la Universidad de Palermo presentó en el Internet Congestion Control Research Group (ICCRG) de la Internet Engineering Task Force (IETF) un algoritmo de control de congestión desde el receptor, que permite bajar los tiempos de espera en los cuellos de botella, aun cuando el emisor use los algoritmos estándar, y cuando el proveedor de Internet no utilice AQM.

No siempre es posible para el nuevo algoritmo mejorar la situación, pero cuando la oportunidad lo permite, logra disminuciones considerables del retardo. Este algoritmo fue probado en los servidores proxy de la Universidad de Palermo, permitiendo disminuir los tiempos de bajada de páginas de diarios en aproximadamente un 50%. Y puede ser utilizado por los mismos usuarios domiciliarios, y por administradores de proxies y laboratorios. Por el momento está desarrollado solo para sistemas operativos Linux, y próximamente la Universidad lo hará disponible al público en general.

Es probable que en el futuro, se difunda entre los proveedores la administración inteligente de las colas en su red, pero mientras tanto los usuarios podrán hacer algo para mejorar su propia performance.
Temas relacionados
Más noticias de internet

Compartí tus comentarios

¿Querés dejar tu opinión? Registrate para comentar este artículo.
Nombre