Infotechnology, 21 años: la ciencia que nos hace mejores

La revista Infotechnology cumple 21 años y lo festeja con un número aniversario dedicado a las soluciones locales para los problemas globales en ciencia y tecnología; problemas que, de solucionarse, se convirtirán rápidamente en oportunidades de negocios.

La ciencia es un esfuerzo colectivo que atraviesa generaciones. Es decir, si un ser humano logra alguna vez llegar a Marte — o, incluso, más allá— es porque muchos otros, antes, incluso sin conocerse o haber coincidido temporalmente en esta Tierra, hicieron un aporte al conocimiento general. Como decía Carl Sagan recordando una frase del físico Isaac Newton, “estamos parados en los hombros de gigantes . De ese esfuerzo humano titánico –que llevó a que, en 100 años, podamos pasar de viajar en caballos a llegar a la luna—se trata la edición de mayo de Infotechnology, que ya está en los kioscos.

Cambio climático, prolongación de la vida, inteligencia artificial (IA), exploración espacial y desigualdad social son cinco de los grandes problemas que heredamos del siglo 20 y que, todavía, mantienen en vilo a la comunidad científica y a la humanidad toda. Qué tan cerca de lograrlo y cuál es el aporte argentino en estos campos es el centro de la nota de portada que interpeló a más de 15 referentes de la ciencia glocal y que incluye, también, una ficha de las 10 jóvenes promesas que se preparan para hacerle un tackle a estas problemáticas cuando los científicos de hoy cuelguen los guantes.

 

Aquí están, estos son

No estamos tan lejos. La ciencia y la técnica han logrado, en pocas décadas, grandes avances en campos de la biociencia y la nanotecnología con efectos concretos en nuestra vida cotidiana: desde drogas que tratan males más específicos y aumentan la esperanza de vida hasta celulares que entran en la palma de la mano y que tienen más potencia que las computadoras que lograron el despegue del Apolo 11. Los esfuerzos locales se ven en las notas sobre cada una de las temáticas claves, elegidas por su importancia actual pero también por su potencial.

El cambio climático, por ejemplo, podría poner en peligro el PBI de la región: si la temperatura del globo aumenta 2,5ºC, la reducción del PBI regional podría ser de 5 puntos por el impacto en la agricultura. En la Argentina, se están desarrollando tecnologías de detección que permitirán elaborar escenarios más realistas para poder modelar diferentes soluciones. Sobre dos temas que obsesionan a Elon Musk también se escribió en mayo: exploración espacial e IA. Sobre el primero, los argentinos tienen una larga historia, pero no sobre la exploración espacial para colonizar otros planetas sino sobre el estudio mismo de las estrellas, logrado a través de los satélites de Arsat.

Sobre lo segundo, hay menos desarrollos locales pero los científicos que estudian IA están especialmente entusiasmados con los desarrollos de Machine Learning. Y arriesgan un pronóstico: faltan solo dos décadas para que las computadoras puedan pensar y realizar tareas similares a las humanas. Lo cierto es que cada investigación tiene como objeto mejorar la calidad de vida: tanto en cuestiones de desigualdad, otro de los grandes temas, como lo que respecta a la prolongación de la vida. Sobre la vida eterna también está trabajando fuertemente la tecnología, incluso utilizando gadgets y wearables para recolectar información y tomar acciones preventivas.

 

Preparando el terreno

Los investigadores coinciden en que para lograr un avance significativo en todas estas áreas se requieren presupuestos más robustos y una mayor cooperación entre actores públicos y privados. “En la ciencia argentina hay que diferenciar lo que es de lo que debería ser. Hay ciencia de un cierto desarrollo a pesar de las limitaciones económicas y burocráticas. Pero podría ser mucho mejor con los mismos recursos y muchísimo mejor con recursos razonables. Digamos, no menos del 1% del PBI, reconoce en la entrevista Gustavo Romero, astrofísico relativista y investigador superior del Conicet.

Actualmente, el país destina solo 0,59% del PBI a la investigación científica según un informe elaborado por Infotechnology en base a datos oficiales. Aunque sigue siendo de los más altos de la región, palidece en comparación con los de economías más robustas, como la alemana, que destina casi 3% de su PBI a investigación y desarrollo.

Romero hace hincapié, también, en el Conicet como institución que concentra la mayor cantidad de investigadores y sobre las pocas opciones que tiene un científico a la hora de recibirse. “Las universidades no son una opción seria pero con la cantidad de investigadores que producen, deberían serlo. Coincide Galo Soller Illia, también investigador principal del Conicet, pero agrega un elemento más: la importancia de incluir al sector privado en la ecuación. “El Estado ha dado todo lo que pudo. En los próximos años hay que apuntar a desarrollar tecnologías e innovar para no estar limitados a comprar tecnologías extranjeras. Creo que la industria no ha salido a diferenciarse porque no ha tenido demasiados incentivo, pero las empresas que han desarrollado tecnología, como los unicornios locales, han inyectado mucha inversión y han tenido un éxito espectacular.

Sobre estos y otros temas trata el especial Soluciones para el Siglo 21 que ya se puede encontrar en kioscos de revistas.

Esta nota es parte de la edición del suplemento IT Business del martes 16 de mayo de 2017.
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