Redrado: “Con una política confusa no pararemos la corrida cambiaria

El prestigioso economista, entrevistado antes de que se anunciara el recambio de Luis Caputo por Federico Sturzenegger del BCRA, fue prudente al plantear qué prioridades debe tener el organismo en esta etapa.

Estuvo al frente del Banco Central de 2004 a 2010, cuando se enfrentó al gobierno de Cristibna Kirchner por el uso de las reservas y se vio obligado a alejarse de su cargo. Antes fue vicencanciller de Eduardo Duhalde (2002-2003), presidente de la Comisión Nacional de Valores (1991-1994), cuando el New York Times lo bautizó como Golden Boy, y actualmente dirige la Fundación Capital, donde asesora al sector privado. A Martín Redrado experiencia no le falta. Fue de los primeros en salir a criticar el acuerdo con el FMI apenas se conoció la noticia de que el gobierno de Mauricio Macri había decidido acudir a los brazos del organismo crediticio para paliar la corrida cambiaria. Sobre el hecho consumado, hoy admite que el paraguas del Fondo brinda "un horizonte de financiamiento más depejado en medio de la volatilidad de los mercados", pero no deja de advertir que sin plan económico, los problemas estructurales de la economía argentina continuarán sin resolverse.

¿Era la única salida ir al Fondo?

-El mundo no tiene una crisis de financiamiento hacia los países emergentes, y esto se ve en lo que está ocurriendo en estos últimos días que, en realidad, la volatilidad que tiene el mercado lo que lleva es a una visión más oportunista de cuándo países como Argentina pueden colocar o pueden obtener fondos del mercado. Por lo tanto, sin duda había otros pasos anteriores a ir al Fondo. Mi visión es que acá hubo una crisis cambiaria mal manejada que llevó a improvisar esta salida o la búsqueda de apoyo del Fondo. Sí veo que hoy hay un fuerte apoyo internacional para la Argentina, pero hay que tener en cuenta que si bien es cierto que el monto es 11 veces la cuota, el desembolso es u$s 15.000 millones y después vemos... Porque después eso tiene revisiones trimestrales y los desembolsos van a ser en la medida en que se vayan cumpliendo los compromisos, con lo cual el paraguas del Fondo te da, si querés, un horizonte de financiamiento más despejado en este contexto de volatilidad que tienen los mercados. Pero no soluciona los problemas de fondo que tiene la Argentina.

Sobre la salida de Federico Sturzenegger y su reemplazo por Luis Caputo (NdeR.: la noticia se conoció horas después de haberse realizado la entrevista) lo que puedo decir hasta ver cómo queda configurado todo el cambio, es que es clave estabilizar el tipo de cambio, ya que si seguimos con una política confusa no pararemos la corrida cambiaria.

¿Cuáles son esos problemas de fondo, según tu visión?

-Fundamentalmente, una economía que genere cada vez más dólares. Una de las grandes discusiones que tenemos entre hacedores de políticas públicas y profesionales es si resolviendo el tema déficit fiscal resolvés también el déficit comercial. Hay muchos que creen, y es la visión del Gobierno, que resolviendo el déficit fiscal se resuelven todos los problemas de la Argentina. El ordenamiento fiscal es una condición necesaria pero no suficiente para resolver, primero, los problemas de competitividad y de falta de dólares que tiene la Argentina. Con lo cual hay que tomarlo como un sendero exigente en materia fiscal, con exigencias cumplibles dentro del 2018, y con un esfuerzo que se requiere en 2019 muy importante.

¿Qué va a mirar el FMI cuando venga a su primera revisión dentro de tres meses? ¿Cuál es la letra chica?

-Fundamentalmente, va a mirar tres números: el número fiscal agregado, luego transferencias a provincias, gastos de capital y subsidios económicos. Esos números están bien hoy en la Argentina porque el Gobierno se ha retirado en materia de gastos de capital buscando que sean los proyectos público privados, los PPP, los que tomen ese espacio. En mi visión, hay demasiado optimismo respecto a los PPP en términos de cuánta inversión van a significar y, por lo tanto, probablemente un cuestionamiento del año que viene será mostrar que con las PPP no alcanza y la necesidad entonces de incrementar el gasto de capital. El gasto de capital baja también un 0,6% del Producto el año que viene, con lo cual, este año la letra chica marca eso: mirar déficit primario, analizar esas tres variantes y muy probablemente también mirando el comportamiento del BCRA en términos del financiamiento al Tesoro, que eso es fácilmente cumplible.

¿Y cuál sería el aspecto más complicado?

-Creo que la tensión va a venir sobre todo el año que viene, porque además cuando uno está calculando un déficit sobre PBI, se está calculando sobre un crecimiento de 2 puntos para el año que viene y la visión de mi equipo de Fundación Capital es que va a ser muy difícil que podamos llegar a dos puntos el año que viene. Y este año vamos a estar en 0,8.

El Gobierno, antes de la corrida, estimaba el crecimiento de este año cerca de un 3%... Digamos que acumula ya varios yerros en materia de diagnósticos y proyecciones...

-Es que no hay un plan económico; hay una visión de ir hacia la normalidad. Cuando dialogo con funcionarios o con el sector privado, digo que éste es un Gobierno que tiene muy buenas intenciones, que cuando plantea un sentido de horizonte, plantea ir hacia la normalidad, pero no hay un plan económico. Sobre todo, un programa macroeconómico que trabaje al mismo tiempo o que balice el camino de las tres principales variables que maneja el sector público: la política fiscal, la política monetaria y la política de ingresos. Se busca ahora con el acuerdo con el FMI tener por lo menos mayor claridad en la política fiscal, no hay tanta claridad en la política monetaria. Mi opinión es que fue un error adoptar un esquema de metas de inflación en un país que no tenía las condiciones dadas para ir con ese enfoque. La Argentina es una economía en transición que tiene una fuerte distorsión de precios relativos...

¿Cómo es posible que el Gobierno no evaluara esta situación cuando fijó esas metas?

-Se tomó una visión como si uno estuviera en el Banco Central de Suecia, en el sentido de que con la tasa de interés se iban a anclar las expectativas inflacionarias. Eso muchos lo señalamos: lamentablemente en la Argentina el crédito es 14 puntos del Producto, en América latina el promedio es tres veces eso, en Chile es casi un 100%, en EE.UU. es un 150%, con lo cual es muy distinto tocar la botonera cuando el mercado de crédito es 50 puntos del producto que cuando es 14 puntos. Lo que acá generó fue una fuerte distorsión, al subir la tasa se genera una atracción de capitales golondrinas, se atrasó el tipo de cambio artificialmente y, a mi juicio, éste fue uno de los temas centrales por los que tuvimos todo el desacople de fin de año y principio de año en materia de política cambiaria. Yo reitero: falta un programa macroeconómico donde converjan la variable fiscal con la variable monetaria con la política de ingreso. Si vos querés la tasa al 20% de inflación, tenés que hacer que la recaudación, el gasto público, la emisión monetaria, las políticas de ingresos, es decir, las políticas de retribución que paga el sector público a asalariados, jubilados, asignaciones o prestaciones sociales, todas vayan nominalmente a un 20%. En este momento tenés el gasto público en un 17,5%, la emisión monetaria en un 28, las políticas de ingresos en un 22... Mientras no tengas un plan que balice el camino de los tres principales brazos de la política macroeconómica y lo proyecte por lo menos a dos, tres años vista, es muy difícil que puedas tener un programa de baja de tasa de inflación y de generar las condiciones para que se empiece a invertir y a crecer en la Argentina.

Ahora, la CGT lanzó un paro esta semana pidiendo un cambio de modelo económico. Pero vos decís que no hay modelo...

-En realidad hay un enfoque, no hay un modelo, el enfoque es tratar de ir hacia la normalidad. Me sorprendió hace poco un miembro destacado del equipo económico, profesor de macroeconomía, diciendo "estamos haciendo un proceso de prueba y error". Un proceso de prueba y error uno lo puede hacer en la universidad cuando le está enseñando a sus alumnos macroeconomía y donde hay 80 ó 100 alumnos, no donde hay 42 millones de argentinos en el medio. Un proceso de prueba y error es viable para un paper académico.

¿Te parece que le está faltando política al Gobierno?

-No diría que le falta política, pero sin duda le falta política económica, y en muchos casos, una mayor cercanía con la realidad. Lo que estamos viendo en el mercado cambiario es un equipo en el Banco Central, también a veces en el Banco Nación, que está bastante desacompasado con la realidad del mercado y por lo tanto le falta experiencia de trinchera. Y también sí ha faltado macroeconomía, porque hemos tenido a cada uno de los funcionarios tratando de hacer lo mejor en su equilibrio parcial. El de Hacienda tratando de hacer lo mejor en la parte fiscal, el de Producción haciendo lo propio... o sea, cada uno optimizando su metro cuadrado y la macroeconomía es equilibrio general, no es equilibrio parcial.

Muchos le siguen criticando a Macri que no haya puesto al mando a un ministro fuerte...

-Sí. Puede no tener un ministro fuerte, ahí creo que cada presidente gerencia como le parece. Cuando uno mira la historia del Presidente, su paso por Boca lo marcó en muchos sentidos, y está claro que no quiere un director técnico como Bianchi. Recordarás la famosa conferencia de prensa donde en un momento a Bianchi hay algo que no le gusta de lo que dice Macri y se levanta y lo deja pagando, como se dice en la tribuna. Y se puede decir que no solo sufrió a Bianchi sino también a Maradona, con lo cual está claro que el Presidente en su manera de gestionar no quiere una prima donna, y está bien... Yo en algún momento le dije, "si usted tiene este esquema, el presidente de los EE.UU. también tiene un secretario del Tesoro que se ocupa de los temas de hacienda pública, pero dentro de la Casa Blanca tiene un council of economic advisors, que nadie sabe quién es el chairman, un tipo de bajo perfil, que mira el equilibrio general.

Pese al préstamo de u$s 50.000 millones del FMI, el dólar volvió a subir. ¿Te sorprendió?

-No me sorprendió, porque quienes conocemos de mercado sabemos que el mercado no solo vive de expectativas sino de realidades y para que haya realidades tiene que haber una mayor oferta de divisas y el Gobierno no ha generado incentivos para que haya más oferta de divisas. No ha generado incentivos en el pequeño ahorrista, porque el hecho de haber puesto un muro de contención de u$s 5000 millones en las semanas anteriores lo que hizo fue testear la fortaleza, hasta dónde y de qué manera se podía perforar. Mi visión es que hay que tener intervenciones, que tienen que ser quirúrgicas, muy medidas, muy contundentes y marcar una tendencia.

El BCRA había dicho que ya no iba a intervenir para frenarlo, sin embargo, lo hizo otra vez. ¿Vuelve a perder credibilidad con estas idas y vueltas la autoridad monetaria?

-Sí, sin duda, estas marchas y contramarchas no hacen bien.Yo escribí un artículo en El Cronista que fue bastante premonitorio, en febrero pasado, cuando empezó esta política. Porque originalmente el programa de metas de inflación decía que iban a ser solo intervenciones cuando hubiera disrrupciones del mercado, y yo decía ya cuando había empezado con intervenciones que no eran muy claras, en ese artículo hablaba de una política monetaria confusa. Marchas, contramarchas, erraticidad, parecería también que hay un proceso de prueba y error en materia de política cambiaria. Debería haber más firmeza y hacia dónde se va. Hoy hubo demanda de gente que quiso vender títulos, que quiso salir, bueno, hay que dejar que el tipo de cambio corra.

¿En cuánto termina la inflación este año?

-Es muy difícil hacer hoy proyecciones sin leer la carta de intención del acuerdo y todavía no se ha estabilizado el tipo de cambio. Dicho esto, la Fundación Capital tiene una proyección del 28% para el año, diciembre contra diciembre, haciendo la salvedad que necesitamos ver dónde se estabiliza el tipo de cambio.

¿El Gobierno debería frenar la baja de retenciones a la soja como se planteó como una posible vía para acelerar el equilibrio fiscal?

-Yo terminaría con la reducción de lo que queda, pero para dejar la soja en 25%. Lo haría ya. Adelantar todo ese cronorama en un quid pro quo, o sea, sentándome con los productores y diciéndoles acá necesito más oferta de divisas en el corto plazo, esa es la urgencia. Lo que no se ha pedido al sector agropecuario es un quid pro quo, no lo ha habido antes en términos de cómo generamos mayor industrialización, ya estamos con una dinámica que seria negativo (frenar la baja de las retenciones), serían más marchas y contramarchas, pero sí pedir algo a cambio: impulsar que haya más oferta en el mercado de divisas que hoy es el principal talón de Aquiles del programa de estabilización que se plantea para el corto plazo. Si no estabilizás el tipo de cambio vamos a tener más problemas inflacionarios.

Va a ser un año de mucha conflictividad social, el salario perdiendo contra la inflación, la pelea con los gremios. Esto también condiciona al Gobierno...

-Sí. La gran ventaja que tiene el Gobierno es que no hay credibilidad, ni en el sindicalismo ni en la oposición y, por lo tanto, cuando uno mira encuestas está claro que pierde el Gobierno pero pierde toda la política: no hay ningún dirigente que emerja pudiendo capitalizar este descontento genuino, con lo cual sin duda hay una conflictividad creciente por caída del salario real, pero mientras no haya nadie que plantee una visión superadora.

¿Dirías que aún en este difícil escenario Macri puede seguir aspirando a la reelección?

-Hablar de reelección es ciencia ficción, de acá a las PASO falta un año y dos meses, es el siglo que viene. Sobre todo en un país que no tiene plan, que maneja su economía paso a paso. No sé que va a ocurrir en 2019, pero está claro que por ahora un paro no resuelve nada. Hay que buscar propuestas superadoras, también el propio Gobierno.

Limitarse a invocar el fantasma de Cristina como estrategia va a tener menos eficacia el año que viene. Eso es claro.

-Exactamente, le resultó dos veces. Aún si le pudiera resultar una tercera vez, parece un ejercicio bastante mediocre. Creo que la Argentina está para más. No podemos discutir si son ajuste o vuelta al pasado las opciones de política económica que tenemos por delante.

Su consejo para crecer: La Argentina necesita una verdadera cruzada exportadoraPara Martín Redrado, la Argentina necesita poner en marcha tres motores para que haya sustentabilidad económica: Primero, el consumo; segundo, la inversión, y tercero, las exportaciones. Este programa con el Fondo no toma el principal problema del país, que es que no producimos suficientes dólares. La Argentina necesita una verdadera cruzada exportadora y para ello, uno de los andariveles son las negociaciones comerciales. Si uno mira desde 2005, las cantidades exportadas de Argentina no crecen y el país no ha hecho ningún esfuerzo de apertura de comercio. El último acuerdo comercial que se hizo fue con México y Países Andinos, cuando yo era vicecanciller. Se está jugando todo a la negociación con la UE y mi visión es que no hay mucho para ganar allí, y que hay que buscar países que tengan complementación productiva con la Argentina, como los países del Sudeste Asiático, países de América latina, Colombia, México... En segundo lugar, el sector privado no puede vivir con la carga impositiva que tiene, tenemos una carga del 45% del Producto, y en este caso no hay nadie que esté hablando de ampliar la base de tributación y bajar impuestos, sobre todo para los que crean empleo, los que invierten. Y que más gente pague menos impuestos. Eso puede ayudar invertir, que haya incentivos para adelante en términos de reducción de impuestos a aquellos que invierten, que reinvierten utilidades. La otra palanca de incentivos son los crediticios, y allí la banca pública y el propio Anses que tienen recursos de mediano y largo plazo, hay que dejar a la banca privada más en el corto plazo. La banca pública en lugar de dar tanto crédito hipotecario debería dedicarse a utilizar sus recursos para generar créditos o incentivos de largo plazo.Dixit

"El Gobierno tiene muy buenas intenciones pero le falta un plan económico"

"No es viable un proceso de prueba y error cuando hay 42 millones de argentinos en el medio"

"Si no se estabiliza el tipo de cambio, vamos a tener más problemas inflacionarios"

"Falta un programa a dos o tres años vista para bajar la inflación y que la Argentina pueda crecer"

"No podemos discutir si son ajuste o vuelta al pasado las opciones de política económica que tenemos por delante"

"Hablar de reelección es ciencia ficción. Sobre todo en un país que no tiene plan, que maneja su economía paso a paso"

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