Otoño de subastas sin atractivo en Buenos Aires, con obras que pueden costar menos que un almuerzo

Este mes marca el inicio de la temporada de ventas, con siete en 20 días. Pero hasta ahora hubo unos pocos lotes atractivos. El más destacado fue uno de Guillermo Roux

En abril comenzó la temporada de subastas del arte de los argentinos, con siete programadas en 20 días. Las cuatro primeras fueron similares a una limpieza de baulera, con 250 lotes para el olvido vendidos entre $ 50.000 y $ 600 (entre u$s 3200 y ¡u$s 40 dólares!), confirmando que en nuestro país una obra de arte puede costar menos que un almuerzo. Resultados esperados ante la pobreza de la oferta: de nada sirve cobrar un 15% de comisión al comprador y otro tanto aproximadamente al vendedor, ya que con ese 30% es difícil cubrir los gastos de locación, publicidad y empleados de las casas de remate.

Sólo se venden en precios razonables las obras de calidad, ya sea aquí o en Mongolia. Si la gente que las tiene no desea venderlas, las subastas deberán adecuarse a esta falta de oferta y generar otros negocios, ya que la demanda sólo está interesada en lotes de real valor. Las últimas tres subastas de la semana tenían unos 30 lotes atractivos y lograron algunos precios interesantes. La casa Roldán se caracteriza por realizar subastas de arte contemporáneo y, por separado, de arte clásico; pero la falta de oferta y obras en consignación para su venta, le hizo organizar una subasta con lotes de arte clásico y también moderno.

En los últimos tres meses logró captar solamente unos 50 lotes para vender. El más atractivo era una estupenda acuarela del mayor artista contemporáneo argentino, el genial y brillante Guillermo Roux (85), con clima onírico y buen tamaño se vendió en interesantes u$s 76.000. El segundo lote de interés era un múltiple de porcelana del cual hay 2300 copias, ideada por Jeff Koons y realizada por talleres franceses de porcelana. La venta original de estas piezas de 30 centímetros de diámetro fueron donación del artista al MOCA, el Museo de Arte Contemporáneo de Los ngeles. Se vendían originalmente en u$s 1500 y ahora se han llegado a pagar u$s 35.000, en tan sólo una década, con lo cual la edición completa tiene un valor aproximado de u$s 80 millones y al museo le representó un ingreso cercano a los u$s 3 millones.

La diferencia es la plusvalía que se han llevado los compradores originales en tan poco tiempo. Hay de color amarillo, azul y colorado como el ofrecido en Roldán y vendido en u$s 26.000. Ahora el dueño tiene en su casa un Koons y no ha tenido que pagar por este "Perro" los u$s 58 millones que se pagaran por la que tenía Peter Brant en Connecticut y que Christies vendió en precio récord (sin costo alguno se puede ver la "Bailarina" del artista en la terraza de entrada del MALBA de Buenos Aires).

Una témpera firmada Berni de mediano tamaño y con tema de Santiago del Estero se pagó casi u$s 20.000, una lindísima obra de Adolfo Nigro en u$s 17.000 y obras de Polesello y García Uriburu en u$s 14.000. En la subasta de Martín Saráchaga se destacaba una obra emblemática de Eugenio Daneri, "Libro de Misa", de gran calidad y buen tamaño que logró estupendos u$s 66.000.

Quinquela siempre tiene interesados y se venden las obras de buenas y malas épocas en valores como los u$s 33.000 logrados por la ofrecida. Las obras de Raúl Soldi también se vendieron bien y por unas delicadas flores se lograron u$s 17.000. Una destacada obra de Carlos Alonso (85) llegó a los u$s 10.000. En lo del tío de Martín, Juan Antonio Saráchaga, en la calle Juncal, se están vendiendo aún diversos lotes.

Se destacaba una típica escena de Alfredo Gramajo Gutiérrez, artista local y americanista, que fue descubierto por el mercado en la última década, una obra realizada en Catamarca de medidas medianas, 60x60 centímetros, tenía una base de u$s 20.000, fue pujada activamente y se vendió en buenos u$s 53.000.

La tapa del catálogo estuvo dedicada al querido surrealista, fallecido el año pasado, Vito Campanella y la importante obra se vendió en u$s 40.000. Otro muy bello logró u$s 19.000, un tardío Quinquela llegó a los u$s 29.000, un típico ombú de Nicolás García Uriburu (79) se abonó u$s 41.000 y también se vendió muy bien "dos desnudos" del entrerriano Cesáreo B. de Quirós en u$s 34.000, era un estudio para una obra mayor que es patrimonio de la Ciudad de Buenos Aires (donación Majdalani).

Un lindísimo Luis Aquino, con clima faderiano, logró u$s 12.000. Poco para destacar, pero deseamos que el esfuerzo de los rematadores se vea compensado con obras de calidad en oferta, nadie parece querer desprenderse de las mismas, pero son las únicas que tienen fuerte demanda y las pocas que aparecen no llegan a subasta, como siempre los catálogos de Saráchaga continúan siendo un importante documento de referencia y no bajan en su calidad y presentación.

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