El polémico plan del gobierno que usa cámaras para reconocer delincuentes

La Ciudad incorporará 300 cámaras especiales con capacidad de reconocer rostros de criminales. Cómo van a funcionar y cuáles son las críticas.

Diego Santilli, vicejefe de Gobierno porteño, anunció que se implementará un sistema de reconocimiento facial e Inteligencia Artificial enfocado en la detención de prófugos con pedido de captura. El anuncio se realizó durante el Primer Congreso Internacional sobre delito transnacional que se celebra en la Legislatura porteña, donde Santilli subrayó que la aplicación de esta tecnología sólo se usará para encontrar a personas requeridas por la Justicia. Se lanzará oficialmente el 23 de abril.

“Dada la capacidad instalada de cámaras y centros de monitoreo que tiene la Ciudad, la aplicación de este sistema intentará que la tecnología ayude a combatir el delito , sostuvo el vicejefe de Gobierno, quien justificó que resulta imposible desde el punto de vista humano recordar los miles de rostros que son buscados por la Justicia y ese sería el lugar de esta tecnología. “Es sólo para aquellas personas que están buscadas por la Justicia. Nadie va a querer que haya 30.000 personas con pedido de captura y no las podamos agarrar. En febrero agarramos a un hombre que tenía 10 años de condena por secuestrar personas. Lo que quiere la sociedad es que los agarremos , graficó Santilli.

El sistema de biometría será “montado sobre algunas de las 10.000 cámaras que ya existen en la Ciudad. Fuentes cercanas a Gobierno de la ciudad explicaron que el software de análisis biométrico se instala en las cámaras y que las autoridades compraron 300 licencias de uso. La estrategia es ir rotando las cámaras que tendrán esa función de manera estratégica, por lo que serán solo 300 a la misma vez las que funcionarán con análisis biométrico. Si bien aún no hay detalles, las fuentes afirman que los datos se tomarán de las dependencias de Justicia y que el software es “el mismo o muy parecido al que se usará en el programa FAN ID, que incorporará biometría (específicamente, facial) a los eventos deportivos.

La segunda parte operativa de este plan es el agregado de dos “capas más. Por un lado, habrá una función “predictiva que serviría para poder encontrar siniestros o infracciones de manera automatizada. La idea es “alimentar al software de reconocimiento con imagenes de, por ejemplo, vehículos mal estacionados. El sistema de Inteligencia Artificial podrá, luego del entrenamiento, reconocer las imágenes novedosas que aparezcan en los videos de las cámaras. La tercera función que se quiere incorporar es la de uso forense de las capturas de video de las cámaras. En este caso, se quiere poder acceder a material audiovisual que se utilice de manera forense en alguno de los casi 5.000 expedientes que tiene hoy la Ciudad con pedido de imágenes. Aún no hay fecha definitiva para la aplicación de estas nuevas funciones.

 

Las críticas

Desde la Asociación por los Derechos Civiles, Leandro Ucciferri indica que en la Argentina, no hay una ley que establezca el uso de identificación por biometría, ni a nivel nacional ni en la Ciudad de Buenos Aires.

"Es importante destacar que prácticamente todas las implementaciones de tecnología biométrica en el país (en lo que ya se encuentra operativo y seguro conoces: SIBIOS, Migraciones, DNI, Pasaporte, Sistema de Identidad Digital, ANSES, AFIP, etcétera) se llevaron a cabo por decretos del poder ejecutivo o resoluciones ministeriales", explica.

"La única ley que todas esas iniciativas biométricas citan, es el decreto-ley 17.671 que tanto en su contenido como forma es altamente poco democrática. Fue sancionada durante la dictadura militar de Onganía, y los gobiernos democráticos en los últimos años no hicieron más que naturalizar su aplicación. Ese decreto-ley no contempla el término biometría, solo habla de fotografías y dactiloscopia, que en términos de tecnología no es lo mismo", sigue.

"Lamentablemente, la Argentina no está sola en esto, ya que la gran mayoría de los países en América Latina siguen la misma lógica, implementar tecnología por vía de decretos o resoluciones, esquivando el debate público."

De hecho, Ucciferri dice que desde ADC se desaconseja el uso de la biometría en el espacio público porque consideran que "los riesgos en la implementación de esta tecnología no superan a los potenciales beneficios que pueda traer" más cuando se considera que, debido a que la biometría es un proceso de estadística, donde se trata de encontrar un balance entre las tasas de error (falsos positivos y falsos negativos) para poder identificar correcta o incorrectamente a una persona, nunca es 100% fiable, según desarrolla el investigador. 

Respecto al almacenamiento de los datos, hay que considerar que hay miles o millones de datos sensibles a disposición potencial de criminales. 

"En lo que respecta a seguridad informática, el estándar en la transmisión y almacenamiento de la información es implementar algoritmos de cifrado (igualmente ahí hay que ver cómo se implementa, qué certificados se usa, cómo se manejan las llaves para cifrar y descifrar la información, etc.)", puntualiza. "Respecto al software de identificación que se implementaría en las cámaras de seguridad, hay que ver no solo quién lo desarrolló (volviendo al punto de potencial discriminación) sino además cómo, para evitar que existan posibles backdoor, hay que ver si se llevaron a cabo auditorías (idealmente independientes) de seguridad. Otro estándar en lo que respecta a seguridad de la información es el concepto de minimización, es decir, recolectar la cantidad mínima indispensable de los datos para que el sistema funciona. Pero tengo mis reservas sobre cómo se podría implementar eso efectivamente en un sistema que por su fin tiene previsto vigilar el flujo de personas."

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