Cómo es la polémica empresa de este gurú tecnológico que "espía" a todos: acaba de salir a la Bolsa y la rompe

La consultora y fabricante de software de vigilancia, rodeada por la polémica y con dificultades para generar beneficios, va a salir a Bolsa.

La industria tecnológica desafía la crisis del Covid-19 con los estrenos de Palantir, Snowflake y Unity. En los próximos meses, compañías como Airbnb, Ant Group, Allegro, Ozon, McAfee y Roblox se convertirán en cotizadas. Sin embargo, la que más llama la atención es Palantir

La tecnológica estuvo valorada en 18,000 millones de euros tras su última ronda de financiación en 2015. A pesar de esto, la firma de Peter Thiel superó el precio de referencia de 7.25 dólares por acción que tenía en un inicio. En el momento de su debut, Palantir vio cómo sus acciones superaban los 10 dólares, un 38% más del precio inicial. Alcanzó los 11.40 dólares, si bien cayó al final de la jornada hasta los 9.77 dólares.

Esta firma nació en 2004 pero ha mantenido un perfil bajo durante toda su existencia. El año pasado ya comenzaron los rumores de que iba a saltar al parqué. Uno de los primeros hechos por los que Palantir fue conocida es porque fue cofundada por el miembro del board de Facebook Peter Thiel, uno de los mayores aliados de Donald Trump en Silicon Valley. Durante los últimos años, Palantir se ha ido convirtiendo en una de las startups más rentables de Estados Unidos. Ha levantado cerca de 2,500 millones de euros en capital riesgo y se valoraba en cerca de 18,000 millones, pese a que opera con secretismo. Trabaja de cerca con el gobierno estadounidense y con agencias como el FBI, la CIA o el Departamento de Defensa, entre otros. De hecho, su CEO, Alex Karp, criticó hace poco a otras startups porque considera que hay reticencia a trabajar en proyectos relacionados con defensa.

La empresa ofrece herramientas de vigilancia, desarrolladas a raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001, fueron diseñadas para automatizar el trabajo que los agentes de inteligencia antes realizaban de forma manual. La enorme potencia de la tecnología, nacida de la integración de muchos conjuntos de datos, ha hecho posible escudriñar poblaciones enteras para buscar terroristas y otros delincuentes. Su trabajo se ha expandido al mundo comercial. Pero una de sus principales prioridades, según el informe regulatorio publicado en agosto, es convertirse en "el sistema operativo por defecto del Gobierno estadounidense".

La compañía nació a raíz de la experiencia de Peter Thiel trabajando en PayPal, donde el fraude en tarjetas de crédito costaba millones de euros a la empresa cada mes. Para solucionar el problema, PayPal creó una aplicación de seguridad que ayuda a los trabajadores a analizar transacciones sospechosas. Palantir usa una solución similar para encontrar patrones en set de datos complejos. Por ejemplo, agencias gubernamentales pueden usar sus herramientas para encontrar pistas en los registros telefónicos, en la información de vehículos; historiales criminales, biometría, transacciones bancarias, direcciones e informes policiales.

Recientemente, la empresa generó la percepción generalizada de que su trabajo le ha dado demasiado control sobre datos personales sensibles, por ejemplo cuando se le asignó a principios de año que recopilase los datos sanitarios en Reino Unido para combatir el Covid-19. La propia compañía ha insistido en que sólo aloja los datos en representación de sus clientes, como hace cualquier otra compañía de software.

Aparte de estas polémicas, Palantir tiene que convencer a Wall Street de los méritos de su modelo de negocio. En 2018, la compañía registró pérdidas después de impuestos equivalentes a sus ingresos en el año. Esto refleja en gran medida el elevado coste de los ingenieros necesarios para ajustar su software a cada cometido. Sus proyectos también han sido costosos: para su contrato con la CIA, la compañía tenía a 10 ingenieros trabajando a tiempo completo en la agencia, según una persona familiarizada con la firma.

A pesar de llevar 17 años en el negocio, la compañía no ha tratado hasta hace poco de reestructurar sus operaciones en algo más parecido al modelo de negocio del software tradicional, reduciendo el tiempo que tarda en instalar su tecnología y remplazando a sus ingenieros por más procesos automatizados.

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