Eduardo Duhalde: "Si Capitanich no tiene margen de maniobra en el Gobierno le aconsejaría que se vaya"

El ex presidente Eduardo Duhalde habló en exclusiva con 3 Días. Leyó como positivos los cambios en el Gabinete y celebró el tono distendido que la Presidenta eligió en su reaparición pública. También dijo que CFK parece por fin haber tomado nota de los problemas del país y le abrió un crédito a la dupla Capitanich-Kicillof. La sucesión 2015 y el subdesarrollo democráctico.

El regreso a escena de la presidenta Cristina Kirchner después de más de 40 días de licencia médica y los cambios que dispuso en el Gabinete nacional como primera reacción -algo tardía, claro está- a su derrota electoral del pasado 27 de octubre fueron -cómo no- tema excluyente de la semana que se va. Todos opinaron, a favor y en contra. Pero faltaba escuchar la voz de un avezado dirigente, el expresidente Eduardo Duhalde, retirado ya -él mismo suele repetir- de la política activa, pero figura de peso indiscutida en la escena nacional. Y vaya si habló. En sus oficinas del Movimiento Productivo Argentino (MPA) -a dos cuadras del Congreso- Duhalde se prestó de muy buen ánimo a una distendida y extensa charla con 3Días.

¿Qué lectura hizo del regreso a escena de la Presidenta después de seis semanas de licencia médica?

- Positiva. Positiva porque, por más que no lo digan, ha tomado nota. Y a mi criterio, con decisiones acertadas. Por primera vez, tenemos un jefe de Gabinete con experiencia en la función, con una personalidad muy tranquila, un hombre que sabe ocuparse de esos temas, que maneja también los temas económicos bien. Y en realidad fue uno de los tres hombres que me ayudaron en la época más difícil a concretar el cambio de modelo y en ese tiempo sobre ellos caían casi todas las críticas de quienes querían volver al orden económico anterior. Sobre él, Remes Lenicov y De Mendiguren. A los tres tuve que pedirles que dieran un paso al costado porque eran los más atacados en ese momento y yo necesitaba ganar tiempo. De hecho, mi libro, Memorias del incendio, se lo dediqué a los tres.

La llegada de Capitanich es una señal positiva para muchos, aunque no lo es tanto para otros el ascenso de Kicillof...

- De Kicillof no puedo opinar porque no lo conozco. Tengo versiones contradictorias respecto de él: es un hombre que se recibió con honores académicos, medalla de oro en la universidad, está capacitado. La versión sobre su pasado marxista a mí ni me va ni me viene porque el marxismo no existe hoy. Y tengo la versión positiva, que me acerca gente de mi confianza que lo conoce, que es un hombre vinculado con las ideas de planificación... Y otros dicen que es un estatista.

Básicamente se lo señala como el cerebro detrás de varias medidas polémicas como la estatización de YPF.

- Lo que yo pienso es que todas esas decisiones fueron tomadas por Cristina. Todos bailaban con la música que Cristina ponía.

Pero alguien le acercaba las ideas. ¿A propuesta de quién CFK tomó esas decisiones?

- De nadie, a propuesta de uno que va por el pasillo y le dice: Qué le parece esto, señora? Y metale. Es así. No hubo planificación en nada, este Gobierno es carente de todo tipo de planificación, y digan lo que digan, por la característica del Gobierno, todos tienen que seguir ese sendero.

¿Puede leerse en estos cambios de gabinete que la Presidenta tomó conciencia que debe aprender a delegar?

- No, conciencia de que las cosas no andaban bien, la gente se lo ha dicho y todo lo que hicieron. Pero tanto los (desmanejos) de Moreno, como el resto, fueron decisiones de ella.

¿Le sorprendió la salida de Moreno? Se la guardaron para el final...

- No me sorprendió para nada. Era incompatible un ministro de Economía y Moreno, porque todas las funciones las tenía Moreno. No servía poner un ministro de Economía, el primero desde Roberto Lavagna, con un hombre que concentraba todas las funciones de un ministro de Economía. Me parece que los cambios han sido positivos. Moreno trabajó conmigo, trabajó en la primera etapa...

¿Y ya era el cuco que descubrimos durante el kirchnerismo?

- (Se ríe) No, no. Conmigo nadie se podía portar mal porque yo no me portaba mal. Depende del que conduce. Las características del que conduce tiñen a la administración.

¿Diría que Moreno representaba el estilo de conducción de Néstor y Cristina?

- Era el estilo de la confrontación. Confrontación que tiene bases ideológicas, que casualmente la agrupación Evita en estos días lo critica a (Ernesto) Laclau (N d R: el ideólogo de esa política llevada adelante por el kirchnerismo). Lo que quiero decir es que la tesis de la confrontación fue penosa, porque la confrontación no sólo interna sino también internacional nos deja mal ubicados.

¿Capitanich llega para poner fin a ese estilo? Es un hombre con peso propio pero, ¿va a tener margen de maniobra dentro del Gobierno? ¿Tendrá autonomía?

- Si no tiene margen, le aconsejaría que se vaya porque va a quedar muy mal. No digo que él se ponga por arriba de la Presidenta a tomar decisiones, pero tampoco si él no está ahí... él obviamente sabe más que Cristina y que muchos del Gobierno sobre estos temas y la forma de ir resolviéndolos, que no es fácil, todos los sabemos. Pero ir acomodando, que sepamos los argentinos un plan por lo menos a dos, tres, cuatro, cinco años para que haya certidumbre en la Argentina. Él tiene capacidad para hacerlo. Si no lo dejan hacer se tiene que ir.

¿Puede convertirse en el hombre fuerte del Gobierno? Zannini ocupa un poco ese rol.

- Sí, él corre la suerte de la Presidenta. Si la Presidenta en estos años remonta y cambia, que aparentemente hay un cambio de estilo que es positivo también, si bien todo el mundo lo toma -con razón- como algo planificado, bueno, pero lo hace... A mí me gusta más la forma en que se presenta ahora que la forma agraviante con la que se presentaba usualmente.

Igual, todo lo que hace el kirchnerismo obliga a la lectura simbólica. La puesta en escena del lunes, con el perrito chavista, el pingüino...

- Pero así y todo, yo prefiero esa puesta en escena que la otra, la de la señora que gritaba y se enojaba con todos y se peleaba con el mundo. Por eso digo, consciente de que tenemos dos años difíciles en la Argentina, y pensar que Francisco puede obrar milagros, porque le habla a Francisco, lo alienta... todo eso es bueno. A ver si esta mujer puede llegar a entender que hay que cambiar.

La derrota electoral finalmente los hizo reaccionar...

- Por supuesto, y a mi criterio, positivamente. Hay que verlos andar. Son gente que tiene la capacitación... La verdad es que primero uno tiene que tratar de no meter malas ondas. Si la cosa anda mal, lo diremos: anda mal. Mientras tanto, hay que abrir un espacio de crédito siendo gente capaz e inteligente.

¿Cómo queda parado Scioli? ¿Cristina está también bendiciendo a Capitanich como su sucesor en 2015?

- Es muy posible. Hay que ver como queda Scioli. Capitanich va a seguir la suerte de Cristina. Si a ella le va mal, Capitanich tendrá que pensar en su provincia. Si le va bien, hay un riesgo evidente: que es la división del justicialismo en tres o cuatro candidatos, lo cual aumenta en grande las chances del radical-socialismo.

¿No cree que una interna en el PJ para definir candidato presidencial sea posible?

- No, lo que imagino como posible es que a la Presidenta no le interese que gane el justicialismo.

Como a Menem cuando le tocó a usted ser candidato en el 99...

- Es muy posible, por características de personalidad. Pero los muchachos jóvenes, estos dirigentes (por los presidenciables peronistas), no te creas que van a hacer permanentemente caso a las indicaciones. Por ahí se produce el fenómeno de que se dan cuenta ellos de que tienen que competir. Pero insisto: el radical-socialismo tiene unas posibilidades enormes de ganar.

¿Qué escenario imagina en ese frente? Hay varios dirigentes con aspiraciones.

- El tema es ése. El radicalismo va a resolver ahora su candidato: Cobos o el senador Sanz. Una vez decidido eso, si no son egoísts y deciden como en el 97... ¡Me lo hicieron a mí en el 97! De la Rúa con Chacho lvarez se presentó a elecciones y eso lo potenció enormemente. Si hacen eso, hay cierto cansancio también del justicialismo, se dice tantos años que han estado... Si se presenta algo interesante no hay que descartar la posibilidad de que haya una alternancia en serio.

¿Sería Cobos o Sanz con Binner o Carrió?

- No, no creo que a Carrió le dé para participar. Sacó 20% en Capital. Si se manejan bien, tienen una posibilidad, si se manejan mal, cosa que también es bastante posible, se reducen sus posibilidades.

Ahora, Scioli debe estar confirmando en estos días que el kirchnerismo no es buen pagador pese a su lealtad. Le hicieron poner la cara en la derrota y ahora aparece Capitanich restándolee chances a su candidatura 2015.

-Y es así. Daniel es un estoico. Y un hombre de acuerdo, de paz, de no pelear, la gente lo visualiza bien eso. Hasta ahora ha sobrellevado momentos muy difíciles, creo que el Gobierno nacional no lo va a ayudar económicamente, que tendría que ayudarlo, pero tampoco hay que sacarlo del bolillero porque está en el podio. Vamos a ver.

¿Cómo leyó la foto de Massa junto a Insaurralde que de espontánea no tuvo nada?

- Hay un enojo notorio -que conozco bien- de Insaurralde, por el destrato que le dieron, inclusive la noche de las elecciones que lo hicieron hablar al senador que perdió en Capital (por Filmus), y a él en Provincia lo dejaron de lado. Martín no es un hombre de dejarse maltratar. Esto revela esta situación sectaria del kirchnerismo, que los mismos que lo apoyaban hasta hace 15 días salen diciendo, que son los dos de la Ucedé (N d. R: en referencia a las críticas que dirigentes ultra K como Carlos Kunkel y Aníbal Fernández le dedicaron a Insaurralde y a Massa). Son características que chocan con el nuevo look de Cristina. ¡Se puso contenta con la carta del militante del PRO y ellos cuestionan a Insaurralde!

También es cierto que a esta Cristina amigable ya la hemos visto antes, pero suele durar poco...

Sí. Pero vamos a ver, porque ahora tiene un problema que no es menor, que es el tema psíquico, de una persona expuesta permanentemente al estrés. Uno ve como los presidentes envejecen en la función pública, lo que no se ve es el otro deterioro, el psicólogico. Suele ser más grave el deterioro psicológico por estrés, por depresión que el físico. Terminada la fantasía reeleccionista, todo cambia.

Justamente, ¿qué expectativa puede tener la Presidenta ahora que sabe que no puede renovar en 2015?

- No sé, y creo que no le van a quedar ganas tampoco por lo que dije antes. No imaginan lo que significa una persona sujeta a un estrés permanente, más con las características de ella, muy personales, que cree que sabe de todo y tiene una soberbia muy marcada. Es peor todavía. Los enojos, las rabietas, una cosa que también tenía Néstor. En el 2004 lo voy a ver un día y mientras esperaba que me atienda tuvo tres ataques de ira. Le dije después: Néstor, el cuerpo no da para eso Y me contestó: No, yo siempre fui así. ¡No hay cuerpo que aguante esos impactos tan fuertes!

¿Cómo va a hacer Massa para mantener la expectativa que generó durante la campaña desde Diputados, teniendo en cuenta su aspiración 2015?

- Es lo dificultoso, porque en realidad los compromisos que hizo nos los puede cumplir. Va a tener un bloque que no va a ser siquiera segundo bloque y va a seguir todo en el plano de presentar proyectos, mucho más no puede hacer. Desde el 83 hasta ahora, nunca el que fue candidato a Presidente lo era dos años antes. Alfonsín en el 83 no figuraba dos años antes, estaba en la pelea con Balbín. Menem no era el candidato, era Cafiero. Kirchner, menos era el candidato. Hoy hacer un análisis es difícil, no te olvides que estamos en la época de la tele política, por ahí alguno pega...

Massa parece un producto de la tele política...

- Sí, es lo moderno. Pero es un muchacho capacitado, muy ágil, tipo inteligente, pero vamos a ver qué hace.

¿Y De la Sota?

- Es el candidato más experimentado que tiene el PJ pero con un problema, que le cuesta mucho al cordobés, a los cordobeses, proyectarse en el interior y acá en Capital.

Y usted como peronista, ¿por quién se inclina?

- Eso está acá adentro (se señala el pecho), no lo voy a decir. Uno lo único que puede hacer en este tiempo es tratar de ser puente de unión, no sólo en el justicialismo, sino para ver si podemos salir de nuestro subdesarrollo democrático.

¿El kirchnerismo después de 2015 desaparece o se lo imagina como una fuerza gravitante dentro del arco opositor?

- Si los ismos no desaparecen, a la Argentina le va a costar mucho salir. Vos vas a Brasil y no te hablan de lulismo, o en Chile de laguismo. Los ismos son la comprobación práctica del subdesarrollo democrático (Ver recuadro). Únicamente en Venezuela, con el chavismo, y ahora en Ecuador. Ni siquiera en Bolivia. Estos ismos llevaron a decenas de millones de muertos en el siglo pasado en Europa hasta que sobre los escombros de las dos guerras mundiales aparecen las nuevas democracias europeas, donde desaparece el providencial. Necesitamos lo que yo llamo la segunda república, fundada sobre algo que no se puede hacer en este período, pero que requiere un compromiso previo de hacerle una refrescada a la Constitución. No podemos permitir más que un poder ceda a otro ninguna facultad. Necesitamos un nuevo pacto donde todas las fuerzas políticas digan, vamos a tener una democracia como nuestros vecinos, que funcione, donde los poderes funcionen, que funcione el federalismo. Son temas que se pueden hacer. / 3D

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