Esta exclusiva "escuela de gurúes" te promete salir ganando u$s 500.000: qué enseñan

Boris Paillard, CEO de Le Wagon, la escuela número uno a escala mundial de programación, visitó la Argentina para presentar la alianza con el IAE y explicó por qué su método de enseñanza es tan efectivo. Además, responde la pregunta que todos se hacen: ¿se sale con trabajo de una establecimiento educativo de estas características?

Puede el acercamiento a la programación ser entretenido? ¿Alguien sin conocimientos en la materia puede aprender a programar en tan solo dos meses? En Le Wagon dan sobradas muestras de que esto es posible. En 9 semanas, cursando de lunes a viernes (sin feriados), de 9 a 19.30, una persona puede desarrollar su propia app, ser developer, project manager y más. Y todo esto es posible gracias al gen emprendedor de Boris Paillard, un joven francés (33) que detectó que las lecciones tradicionales, en cierta forma, se había alejado del conocimiento tecnológico, pero con desafíos reales se había acercado y aprendido mucho más. Y así creo esta escuela que es la número uno en el mundo en lo suyo y que ahora se alía con el IAE para potenciar los saberes de ambas instituciones; por eso está de visita en la Argentina. 

- ¿No es el típico emprendedor techie? 

Tenía una formación en ingeniería, y entré a trabajar en el HSBC e hice matemáticas por un largo tiempo. No estaba en contacto con los productos que iban al usuario final. Me estaba convirtiendo en un experto matemático, pero algo me faltaba. Tenía amigos de la facultad, ingenieros, y estaban trabajando en Airbnb, Uber, y me sentí celoso. Quería aprender a construir un producto tecnológico que fuera usado por las personas. Entones empecé a aprender sobre web development, pero me frustraba el modo de enseñar. No te enseñan a construir, no te enseñan a entender el código. Entonces decidí renunciar al banco y creamos con mi hermano Le Wagon, queríamos explicar los conceptos de un modo simple, pero intensivo, que fuera productivo y enfocado. Alguien que no tienen los conocimientos, igual podrá construir y codificar el software.  

-¿En Le Wagon cualquiera puede aprender a programar? 

Tenemos todo tipo de estudiantes, desde veinteañeros hasta gente de 40 años, y que vienen de carreras diversas: minería de datos, música, comunicación social. Tenemos un perfil muy abierto y no hay que saber nada para entrar, cualquiera se puede sumar al programa y aprender a programar en 9 semanas. En Le Wagon queremos que entiendas lo que estás haciendo, que comprendas el concepto de programación. La teoría es corta y, luego, constantemente estás resolviendo desafíos, entonces el conocimiento lo incorporás. Cada lunes, el bootcamp arranca a las 9, en punto. La primera hora y media damos una clase, que es bastante interactiva. Después, hasta las 17 resuelven en dupla, que van rotando, ejercicios y a las 17.30 reciben desafíos, como crear un sudoku, y entre todos lo van resolviendo, con la guía del profesor. Al irse, se les da una flashcard, que tienen preguntas para que fijen conceptos. También, para descansar en clase tienen yoga. 

Les invitamos a trabajar con una persona cada día y luego ya todos están integrados, y van trabajando solos, intercambiando ideas. Llega el momento en que no tenemos que darles indicaciones para que empiecen a ejercitar. Al mismo tiempo, tenemos métricas para ver si los ejercicios son muy complicados o fáciles y equilibrarlos, si algún alumno necesita más atención. Nos basamos mucho en entender a los estudiantes; los profesores pueden observar qué y cómo está resolviendo cada uno de los asistentes. 

-Trabajan por la inclusión de las mujeres, ¿está cambiando la relación de ellas con la programación?

- Tenemos muchas iniciativas para las mujeres, y entre el 25 y el 30% son alumnas, lo que es mucho más que el número en las universidades, pero no es suficiente. Queremos traccionar hasta llegar al 50%. Tenemos free workshop para ellas, que sea el puntapié para que se sumen. Y también desde las piezas de marketing las mostramos trabajando, para que se genere empatía. Incluso, reclutamos maestras, porque es bueno que las vean enseñando y que se produzca la identificación con las estudiantes. Muchas de las mujeres se vuelcan mucho al desarrollo de producto, y son muy buenas en eso. 

-¿Se sale con trabajo del bootcamp? 

-Cuando terminás Le Wagon podés ser emprendedor, freelance, developer, product manager. Además, en la semana cinco invitamos a los alumnos a que presentes sus ideas y se sometan a la opinión de los compañeros. Hay más de 100 startups activas que salieron del bootcamp y más de 20 recibieron como inversión más de u$s 500.000. Un ejemplo es Skello, una solución para el management de los restaurantes, ellos ya obtuvieron u$s 7 millones en inversiones; quien tuvo la idea era una alumna y conoció a su CTO en la cursada, un mes luego de terminar de cursar ya estaban con el proyecto en movimiento. 

-Transitan su primer año en Argentina y ahora llega la alianza con el IAE. 

-La alianza nos suma el conocimiento de negocios, porque queremos atraer estudiantes, como emprendedores jóvenes, que puedan construir su producto, su app y también conocer cómo desarrollarlo para que sea sustentable. IAE es el partner ideal, pues algunos proyectos fracasaron por no tener el background de negocios y buscamos que eso no pase. Incluso, vendrán profesores internacionales y diseñadores. Para poder ser parte del programa es necesario pasar una entrevista y se cursará en una sede en la Ciudad de Buenos Aires.

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