Terrazas verdes, sustentables y saludables

Son tendencia en todo el mundo, y frente al aislamiento que la pandemia nos impone, su presencia en las construcciones cobra mucho más valor. No solo porque serán más buscadas de acá en más, sino también porque influyen positivamente en el precio de las propiedades. ¿De qué hablamos? De las terrazas verdes.

Poseedoras de múltiples beneficios, hoy son una respuesta funcional para poder contrarrestar el avance del cemento en las grandes ciudades y sus alrededores. Sin embargo, su inclusión en las viviendas no es algo de la modernidad, ya en destinos como Escandinavia o Islandia eran una herramienta predominante para buscar el equilibrio término en los interiores.

Pero no solo son protecciones eficaces frente al frío o el calor, también son un freno a las consecuencias de la urbanización. En las grandes ciudades se concentran edificios y hay muchos autos circulando las 24 horas, por eso tiende a subir la temperatura y los niveles de polución son altos (esto fue claramente evidenciado en cómo cambió el aire en las metrópolis durante las cuarentenas). Durante el verano, las noches pueden estar entre 4º y 11º más cálidas que en los suburbios.

Aunque esta idea es abrumadora, las terrazas verdes traen una solución. Estas cubiertas verdes contrarrestan el efecto de la isla de calor y, al mismo tiempo, purifican el aire gracias a la fotosíntesis que las plantas realizan. Además, aportan calidad de vida a los habitantes del lugar, pues aportan un espacio en el que es posible relajarse y hasta estimulan los sentidos, ya que es posible crear diseños con diferentes niveles, colores y aromas.

Además, lejos de lo que se presupone, al instalar una terraza verde se multiplican los cuidados para evitar filtraciones, por lo que los techos tienden a tener menos problemas de humedad. Por lo general, en la instalación se coloca una membrana que tiene un tratamiento antiraíces y se construye una losa eco drenante. Además, la tierra sobre la capa hidrófuga bloquea las inclemencias climáticas como lluvias, granizo y sol que desgastan la membrana y alargan su vida útil. De este modo la superficie es transitable y hasta se pueden instalar muebles.

Como valor agregado, estos sistemas de drenaje pueden guiar y almacenar el agua de lluvia que luego se reutiliza en diferentes funcionalidades de la casa, como para riego o el uso en sanitarios. Incluso, muchas personas tienden a desechar la idea de vivir en el último piso de un edificio por estar más expuesto a las inclemencias climáticas y a los ruidos, pero con las terrazas verdes estos problemas quedan solucionados.

Por último, las cubiertas verdes devuelven la superficie absorbente perdida (aunque con menor capacidad de absorción) y permiten ralentizar el pico de descarga del agua que cae durante las tormentas. Así se evita enviar al sistema pluvial un mayor caudal en el momento crítico.

Por todo esto, las terrazas verdes llegaron para quedarse y serán cada vez más protagonistas del paisaje urbano.

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