Cómo es el negocio de instalar "cajeros blancos" en farmacias y supermercados

En Estados Unidos es muy común el negocio pero hasta hace poco el BCRA solo permitía que en la Argentina fuesen los bancos quienes cobijasen a los cajeros. Podría cambiar. 

En Estados Unidos es común ir a una farmacia o a un supermercado y encontrarse con un cajero automático, sin protección de un vidrio blindado, en el que las personas pueden hacer retiros de dinero en efectivo. A esos, que no están en instituciones bancarias, se los llama "cajeros blancos" porque pueden pertenecerle a un privado que los coloca en espacios concretos y cobra un fee por transacción. Es, por lo tanto, un negocio: por una inversión inicial de US$ 7.000 por cajero, por ejemplo, se pueden tener retornos de hasta 40% en dólares.

Hasta ahora, a los argentinos se les complicaba poder entrar como uno de los tantos players a este mercado. Solo podían hacerlo en los Estados Unidos. Allí, empresas como Odyssey Financial Group, creada en 2013 por el empresario argentino Sebastián Poncilez, colocaban ATM "argentos" en distintos locales con mucha circulación. Es una cuestión porcentual. La rentabilidad es de 10% el primer año; 25% el segundo y el tercero puede llegar a 40%. Los cajeros tienen más transacciones a medida que van madurando porque más gente los conocen," comentaba Poncilez en esta nota a Infotechnology.

Ahora, el BCRA allanó la cancha para que este negocio pise fuerte en la Argentina. Esta semana lanzó un comunicado -- A 6483-- mediante el cual obliga a los bancos y a las redes de cajeros automáticos a que liberen los datos de las cuentas para integrar a sus redes terminales no bancarias. "Las entidades financieras que ofrezcan cuentas a la vista deberán permitir a sus clientes que realicen operaciones a través de cajeros automáticos operados por empresas no financieras", dice la entidad. ¿La condición? Los privados que se metan en este negocio deberán informar al cliente, de alguna manera, las condiciones de ese cajero en particular: concretamente, las operaciones que admite y el precio de su utilización, y permitirle que pueda desistir de su uso sin costo alguno. 

Infotechnology habló con el BCRA. Un vocero lo explica: "Lo que cambia con esto es que si mañana aparece una red diferente, el cliente va a poder operar con esa red porque obliga a los bancos a interconectarse. El objetivo es aumentar la capilaridad y aumentar las bocas a través de las cuales se pueden retirar efectivo o hacer cualquier operación con cajeros, como pagar la factura de luz. Si tenés cajeros más cerca, podés retirar de a poco lo que necesitás...". Tienen, dice, los mismos requisitos que los cajeros. Hay interés en los privados de entrar a este negocio. "Se vio en la mesa de innovación financiera", reconocen. 

Hasta hoy, las entidades permitidas eran asociaciones creadas por los bancos como Red Link y Banelco. Mediante esta resolución se abre el juego para que exista una inversión privada que habilite, principalmente, más puntos de retiro de efectivo además de otras transacciones. 

Cómo funciona el negocio

Sebastián Poncilez es un emprendedor argentino con background en económicas que hace 20 años vive en los Estados Unidos. Empezó con su compañía Oddysey Financial Group en 2013, con US$ 20.000 de inversión inicial y hoy factura US$ 4 millones anuales, gracias a una red de cajeros propia y en cobrar un fee por la programación y mantenimiento de los cajeros. Empecé colocando cajeros para mi mismo --le comentó hace unos meses a Infotechnology--. Compré 20 unidades porque estaba buscando un negocio de ingreso pasivo. Con eso me fue muy bien y empecé a ayudar a unos amigos que también estaban interesados en el negocio. Así se fue armando una compañía que se especializa en dar servicios a esas otras S.A que se constituyen para tener una red de cajeros acá. Lo que hacemos es ayudarlos a crear una S.A y también ayudarlos a entrar al negocio, manejando la programación y la locación de las unidades , explica.  

Una vez creada la S.A se crea una cuenta bancaria y se la llena de fondos: US$ 7.000 por cada cajero programado y puesto a trabajar de una inversión mínima de 20 (US$ 140.000). Seis meses después de instalado —los ponen en bares, supermercados o estaciones de servicio de mucha circulación, que eligen a través de un scouting realizado por asesores comerciales— los clientes pueden optar por pagar un fee para el mantenimiento técnico de los cajeros y para que se encarguen de hacer los depósitos semanales en las terminales. Con esto, cuenta Poncilez, la rentabilidad esperable es bastante alta y mayor que a otros activos financieros.Es una cuestión porcentual. La rentabilidad es de 10% el primer año; 25% el segundo y el tercero puede llegar a 40%. Los cajeros tienen más transacciones a medida que van madurando porque más gente los conocen.

En diálogo con BAE, Poncilez aclara que esta nueva normativa del Central les permitirá entrar con este esquema en la Argentina en dos o tres meses. Dice tener clientes y mucha demanda; la idea es aprovechar ese contacto con el cliente --nuevo para los privados-- para ofrecerles otra clase de servicios. 

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