Sciolinomics: gradualismo con plan

El programa económico del candidato del FpV lleva el sello de Miguel Bein y Rafael Perelmiter, dos referentes clave en el área del gobernador. Su ejecución será gradual. Habrá eliminación de retenciones a los granos, compensación a la soja, reactivación del crédito y medidas impositivas para repatriar capitales, en caso de que las urnas le sonrían.

La hoja de ruta ya está delineada. Los ejes centrales fueron discutidos y consensuados por Rafael Perelmiter y Miguel Bein, los dos hombres en los que Daniel Scioli depositó su confianza para revertir el estancamiento que ya lleva cuatro años. Lo que falta resolver no depende de la teoría sino de la política: el resultado electoral es un insumo central del plan, porque para el candidato del FpV la estrategia no será igual si gana en primera vuelta o si debe disputar un ballotage con Mauricio Macri.
 

Bein comenzó a recibir consultas regulares de Scioli desde hace tres años. Pero desde que se quedó con la candidatura presidencial del FpV, los requerimientos se intensificaron. La demanda ahora era diseñar un plan integral. Si hay un factor que facilitó la integración del economista al núcleo sciolista es que no ejerce el dogmatismo ni se siente forzado a defender paradigmas teóricos, como sucede con Axel Kicillof. Por el contrario, Perelmiter, Bein y Scioli se llevan pocos años de diferencia (el primero de ellos todavía no pasó los 60) y no necesitan reescribir la historia de los 80 o los 90: ellos estuvieron ahí. Desde hace un año, los dos asesores de cabecera de Scioli se reúnen dos o tres veces por semana en el Bapro, donde Perelmiter es director desde 2009 (tras haber sido ministro de Economía bonaerense y director de ARBA) o en el estudio Bein, donde también suma aportes su socia, Marina Dal Poggeto, experta en análisis macroeconómico y en indicadores estadísticos, gracias a su paso por el Indec.

Gradualismo real

En el sendero del plan, uno de los temas que absorberá mayor atención en el arranque es la recomposición de reservas del Central. Para empezar, quedará explícito que el tipo de cambio no será eternamente un ancla para la inflación. Su recomposición, de todos modos, irá atada a otras variables y se vería a lo largo de 2016. Los controles sobre el dólar no desaparecerán, pero la expectativa es que se avance a una normalización cuando el BCRA reciba más divisas de las que salen.

Para ello se trabaja en tres frentes: una eliminación de las retenciones a los granos y compensaciones para la soja que permitan acelerar la liquidación de la cosecha retenida; una reactivación de los créditos de organismos internacionales e incluso más préstamos de bancos centrales como Francia, Basilea o incluso China, y el anuncio de medidas impositivas que favorezcan la repatriación de capitales, una vía que apunta a reunir entre u$s 4.000 y u$s 8.000 millones. Hay un cuarto frente que es el endeudamiento en el mercado de capitales, pero que demanda avances en la negociación con los holdouts para que el costo sea más razonable.

Para lograr un acuerdo con los agroexportadores, la clave es ofrecerles algo a los sojeros: las opciones son una reducción parcial o compensaciones de fletes a los que están alejados de la zona núcleo. Julián Domínguez, promovido a futuro ministro de Industria, ya se animó a decir que desaparecerán los ROE.

Para compensar el costo fiscal de esta medida, el objetivo son los subsidios energéticos. Los que afectan al transporte y los sociales son hoy casi intocables, pero de los $ 130.000 millones que se destinan a la tarifa eléctrica, el 50% está "mal direccionado", según aseguran los armadores del plan.

La viabilidad política de este esquema se asentará en un acuerdo social a tejer durante el verano. Los empresarios tendrán como incentivo un recupero de la rentabilidad y nuevas vías de financiamiento con un BICE reforzado que busque fondeo en el mercado de capitales (para liberar crédito subsidiado y orientarlo a la compra de vivienda). Las empresas extranjeras podrán volver a disponer de las utilidades en 2017, con la garantía de un esquema de cancelación en bonos o reprogramación de lo retenido hasta ahora (cifra que Bein ubica en torno a los u$s 8.000 millones). Los gremios ya tienen un guiño de que hasta discutir la estructura del Impuesto a las Ganancias, en marzo el mínimo no imponible tendrá un piso cercano a $ 30.000.

Tanto Perelmiter como Bein se sienten cómodos en la función de arquitectos. Por eso la responsabilidad cotidiana de llevar adelante el programa recaerá en Silvina Batakis, la actual ministra de Economía bonaerense, nominada ayer por el propio candidato para hacerse cargo del Palacio de Hacienda.Batakis pasó una prueba de fuego clave, al ejecutar exitosamente el plan de ajuste fiscal que recomendó Perelmiter para sobrevivir al hostigamiento económico de la Casa Rosada. Eran las épocas en las que la crisis docente parecía interminable y el pago de los aguinaldos estaba siempre en duda. Mario Blejer continuará orbitando el elenco económico, ya sea en Buenos Aires o en el exterior, así como Gustavo Marangoni (el titular del Bapro fue mencionado para la ANSeS) y Diego Bossio, por ahora postulado para Infraestructura. Miguel Peirano ya tiene un destino asegurado, mientras que Santiago Montoya y Nicolás Scioli pueden asumir funciones ligadas al sistema bancario y el mercado de capitales, respectivamente. Ricardo Echegaray tiene luz verde para continuar en la AFIP y Alejandro Vanoli tiene buena relación con el sciolismo, pero las certezas en torno a su nombre no son contundentes.

Sin embargo, para que todo esto suceda, primero hay que ganar. "El 80% de la energía hoy está puesta en la elección", resume otro miembro del equipo sciolista. En caso de que los votos los favorezcan el 25 de octubre, no dudan de que la discusión política y económica tomará otro color.

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