Quiénes son y cuánto ganan los argentinos que minan bitcoins, un negocio de US$ 7.000 M

De forma similar al oro, el negocio de las criptomonedas generó una nueva clase de mineros que vuelcan sus recursos a explotar yacimientos digitales.

Los bitcoins no crecen en los árboles pero pueden, como dicen en la jerga, “minarse . Su historia se remonta a la génesis misma de Bitcoin:Satoshi Nakamoto, su misterioso creador, fue el primer “minero que trabajó el bloque génesis en 2009 y la práctica pasó rápidamente a convertirse en un negocio millonario e hipercompetitivo donde grandes empresas diseñan, fabrican y operan hardware para hacerse con la mayor cantidad posible de unas monedas virtuales que resultaron especialmente valiosas. En 2017 se minaron 700.000 nuevos bitcoins, una fortuna digital que al cambio actual supera los US$ 7.000 millones.

Pero también hay“emprendedores que compran equipos y hacen cuentas para ver si, en un país con energía todavía barata, rinde “minar más que comprar. ¿Cómo son y qué hacen los criptomineros argentinos?

Dentro de una mina digital

Nakamoto buscaba desarrollar una forma de transferir valor sin recurrir a una autoridad central, es decir sin depender de la confianza. Bitcoin fue la solución que encontró: una red descentralizada que guarda copias de un registro y valida las transacciones de sus usuarios.

Fue cuando escribió el paper original que acuñó el término “mineros . “La primera transacción de cada bloque es especial y genera una nueva moneda que pasa a ser del creador de dicho bloque , escribió. “Esto agrega un incentivo para los nodos que mantienen la red y, al no haber una autoridad central que las emita, provee una forma de distribuir inicialmente las monedas para que comiencen a circular. La constante adición de nuevas monedas es análoga al rol de los mineros de oro que gastan recursos para poner metal en circulación. En nuestro caso, la inversión es en tiempo de CPU y electricidad.

Francisco Osca, cofundador de Cryptominers, una empresa dedicada a proyectos de minería de criptomonedas a escala local, explica que la minería viene a solucionar el problema de cómo emitir monedas de forma descentralizada. “Satoshi buscaba que cualquiera pueda participar de la emisión y se le ocurre resolverlo a través del poder de cómputo. Quienes aportan el suyo, reciben monedas , señala.

 

"A más poder de cálculo aumenta la dificultad, los requisitos se vuelven más estrictos y se estabiliza la emisión" David Díaz, cofundador de Blockchain Academy.

 

Las computadoras que trabajan para una red descentralizada de este tipo se encargan de validar las transacciones. Lo que hacen es tomar la información de las transacciones validadas y transformarla en una secuencia de letras y números mucho más corta llamada hash.

“Los hashes son una expresión matemática aleatoria que se genera a partir de cualquier input, sin importar su extensión , explica David Díaz, cofundador de Blockchain Academy, un proyecto educativo enfocado en la programación sobre blockchain que asesora a diversos proyectos de minería. “Los hashes parecen no tener sentido pero son únicos, difíciles de generar y fáciles de comprobar. Por eso en la red Bitcoin es tan auditable , detalla.

Una vez hecho el trabajo pesado, cualquier nodo puede verificarlo sin mucho esfuezo. El sistema aprovecha los hashes para crear un registro permanente a partir de una cadena donde cada hash generado se crea a partir del hash anterior. De esta forma la integridad de la blockchain es comprobable. Los hashes deben coincidir:si alguien los cambia, todos se enteran.

Así es como se validan las transacciones y cada vez que se crea un nuevo bloque, el minero recibe 12,5 bitcoins, que a un precio de US$ 15.000 son US$ 187.500. Pero como crear un hash es algo simple, la red tiene que complicar las cosas deliberadamente. Para que su trabajo sea admitido en el registro deben presentar algo llamado Prueba de Trabajo o Proof of Work (PoW). Esta demuestra que hubo un esfuerzo involucrado en la creación del nuevo bloque que se acopla a la cadena. La red de Bitcoin, por ejemplo, no acepta cualquier hash: es un sistema exigente que solo admite a aquellos que tienen una cierta cantidad de ceros al comienzo.

Como es imposible saber cómo va a ser un hash antes de generarlo y los mineros no pueden modificar la información de las transacciones, agregan datos aleatorios a la ecuación llamados “nonce . Lo que hacen es probar muchas veces hasta obtener un hash que coincida con los requerimientos de la red. Todos los mineros compiten para ser el primero que encuentre uno y solo el más rápido se lleva la recompensa. Es, de alguna manera, un trabajo que requiere cierta cintura y un grado de suerte. 

Los criptomineros David  Díaz y Santiago Macedo
Maquinaria (des)centralizada

Durante los primeros años eran principalmente individuos los que ponían su hardware al servicio de Bitcoin, pero pronto aparecieron chips diseñados a medida, más poderosos y eficientes que las placas de video off-the-shelf que usaban la mayoría. “Como es el poder de cálculo el que determina la competencia, el hardware con el cual se mina fue evolucionando: primero se minó con CPU, luego con GPU y ahora con ASIC, equipos que solamente sirven para minar una moneda específica , cuenta Francisco Osca. Cuantos más mineros participan, más difícil se hace la prueba de trabajo. “La dificultad se va ajustando porque de lo contrario sería muy sencillo resolver el problema matemático y la emisión no sería cada 10 minutos como está pautado. A más poder de cálculo, los requisitos se vuelven más estrictos y se estabiliza la emisión , remarca Díaz.

Con la vista puesta en el negocio, los fabricantes de los primeros equipos dedicados no los comercializaron sino que optaron por operarlos ellos mismos, posicionándose a la cabeza de un nuevo modelo productivo. El primer minero ASIC que se vendió llegó en enero del 2013 a manos de Jeff Garzik —actualmente cofundador de Bloq, una empresa de tecnología blockchain—, pero las empresas vieron que no era conveniente poner sus desarrollos en el mercad.

“Hoy la minería ASIC está bastante concentrada, hay enormes granjas en China, Rusia, Canadá y el norte de Europa. Por un lado las empresas no pueden producir una ilimitada cantidad de equipos y por el otro, si los largan al mercado, pasan a tener más competencia , señala Francisco Osca. Los grandes players como Bitmain y BitFury prefieren no producir tantos equipos y continuar minando su buena porción de los bitcoins restantes.

 

"El rendimiento de la moneda afecta enormemente la ganancia que pueden dar las máquinas" Santiago Macedo, minero de criptomonedas.

 

Esto marcó el comienzo de una era donde los mineros independientes quedaron separados de las grandes corporaciones que hoy manejan la mayor parte del poder de hasheo en Bitcoin y encontraron su lugar en las redes descentralizadas de otras criptomonedas alternativas.

Santiago Macedo es uno de ellos. El técnico en telecomunicaciones devenido en entusiasta de las criptomonedas diseña, opera y mantiene equipos de minería. “Si bien venía siguiendo el tema desde que un amigo me pasó el whitepaper de Satoshi, recién ahora me decidí a invertir en la minería, luego de ver que la ONU está usando la red de Ethereum para enviar donaciones , cuenta.

Su actividad es una mezcla entre operador y trader, configura los equipos para maximizar el rendimiento, pero también decide qué monedas minar y cuáles vender dependiendo del mercado. Las máquinas deben estar constantemente minando aquellas monedas con mejor relación precio-dificultad. “Estoy atento a los cambios que se dan tanto en la dificultad de minado, que crece con la cantidad de mineros que se incorpora a una red, y en los precios de las monedas, cuyo rendimiento afecta enormemente la ganancia que pueden dar las máquinas , señala.

En la Argentina, la minería de criptomonedas es redituable. “Con una buena configuración es posible pagar la energía con el 15 por ciento de lo producido , indica Macedo. Para él, la inversión inicial no es tan arriesgada como parece: las placas de video pueden funcionar durante dos años y luego ser revendidas en el mercado gamer y el resto del equipamiento es reutilizable.

Según el cofundador de Cryptominers, el retorno oscila entre el 10 por ciento y el 15 por ciento, con lo cual la inversión se paga en un año. “En el peor momento del año pasado andaba entre un 6 por ciento y un 8 por ciento, pero en el mejor momento alcanzó el 30 por ciento , indica. Si bien se puede arrancar con poco, una parte importante es el tiempo que consume mantenerse informado. “Cualquiera con una computadora que tenga una placa de video puede minar, pero con todo lo que implica entender la tecnología puede que no valga la pena hacerlo a pequeña escala , dice Osca.

En el rol bifronte que ocupan los mineros, la mayor complicación es mantenerse informado. Macedo necesita estar al tanto de las nuevas monedas que aparecen y conocer a fondo su funcionamiento, especialmente los algoritmos de hasheo para saber si vale la pena o no trabajarlas con determinado equipo. Existen monedas que resultan más redituables para aquellos con placas Nvidia y otras que van mejor con los modelos de ATI.

En un universo volátil, la minería se presenta como una alternativa distinta que complementa el trading con una actividad productiva. “Desde el punto de vista social, el minero es el fabricante y como cualquiera otro está ahí por el profit, por la ganancia. Estar produciendo algo te permite tener un tiempo estimado del retorno de la inversión, algo que para los especuladores es imposible , remarca el minero argentino.  

____

 

Nota publicada en la revista Infotechnology de enero de 2018.
Ilustraciones por: Mercedes Mares

Temas relacionados
Más noticias de bitcoin

Compartí tus comentarios

¿Querés dejar tu opinión? Registrate para comentar este artículo.
Nombre