La NASA vuelve a Marte: el detrás de escena y los próximos pasos

Se trata de las primera misión en que logra amartizar desde 2012. Se calcula que estará al menos dos años en el planeta con el objetivo de recopilar información

Desde el año 1965 la NASA ha orbitado, descendido en incluso recorrido la superficie de Marte, pero el pasado lunes a las 16.52 (hora de Buenos Aires) fue la primera vez en 6 años que un artefacto consiguió amartizar sobre la superficie del planeta rojo, siguiendo la bitácora espacial de su antecesor, Curiosity, el único que todavía está activo en tierras marcianas. Cada etapa de la esta misión fue ejecutada con tanto cuidado que InSight -el nombre de la nave- logró llegar incluso un minuto antes de lo previsto.

Así que cuando, tras siete años de trabajo y siete meses de viaje por el espacio, finamente se confirmó el descenso exitoso y la sonda envió su primera fotografía del paisaje extraterrestre, la explosión de alivio y emoción del equipo Jet Propulsion Laboratoty (JPL) de la NASA se viralizaron a través de Internet y las redes sociales a la velocidad de la luz. Y es que amartizar no es nada fácil: sólo fueron exitosas el 40% de todas las misiones que encararon las diferentes agencias espaciales para llegar con robots, satélites u otro tipo de artefactos a Marte.

Uno de los principales problemas está atmósfera del planeta que, por su delgadez (es apenas el 1% de la de la Tierra), no genera la fricción suficiente para garantizar un descenso seguro de las naves. Por eso los Estados Unidos se jacta de ser el único país cuyas misiones sobrevivieron un descenso al terreno marciano.

"Fue intenso. Así resumió el momento Jim Bridenstine, director de la agencia espacial estadounidense, y agregó: "Es una experiencia única, increíble . Y es que a la hora de lidiar con un equipo que demandó u$s 993 millones, cada fase de esta delicada operación debe estar perfectamente calibrada: la activación del paracaídas, el despliegue de sus patas, la reducción de velocidad de 19.800 km/h a 8 km/h en sólo siete minutos, los retoques finales al algoritmo que debía guiar la nave espacial hacia un área rectangular de 10 kilómetros por 24 km.- previo pasaje a través de la atmósfera, que con una temperatura de 1500 grados centígrados, requirió la instalación de un escudo térmico reforzado- sobre Elysium Planitia, el nuevo ‘hogar' marciano de la sonda, que recorrió 480 millones de kilómetros a unos 20.000 km/h.

Después de asegurar el amartizaje, InSight prosiguió hacia otro momento clave de la misión: desplegar los dos paneles solares que tiene instalados a cada lado de su estructura, y que son la única fuente de energía que tiene la sonda para cargar batería. Ahora, se abre un período de alrededor de cinco meses-se necesita sólo tres para poner en funcionamiento todo el instrumental científico que transporta InSight- hasta comenzar a recibir la información que pueda recopilar la sonda durante su estadía.

Se calcula que la nave estará aproximadamente dos años en tierras marcianas, recopilando datos sobre este planeta rocoso para entender aún mejor no sólo el funcionamiento de Marte, sino también el de la Tierra. Y es que ambos si bien ambos planetas partieron de una base similar, 4500 millones de años atrás, la evolución de cada uno fue muy diferente.

Crónicas marcianas

La información recopilada buscara crear un mapa en tres dimensiones del planeta, con el objetivo de entender el interior del planeta tan bien como se ha llegado a conocer su exterior, según explicó Bruce Banerdt, principal investigador del proyecto en el JPL. Para eso, InSight está dotada de un sismómetro (SEIS) que será posado directamente sobre la superficie y escuchará sus más mínimas vibraciones: ondas de choque de meteoritos, movimientos de tierra, crujidos de estratos rocosos, incluso puede ser que movimientos de magma profundos. A esto se suma el HP3, un instrumento que deberá excavar entre 3 a 5 metros la superficie de Marte para tomar su temperatura.

Estos equipos sólo necesitan una superficie plana y sólida -si está libre de piedras tanto mejor- para operar, lo que les permite recolectar datos sin importar el punto del planeta en el que se encuentren.

2030: la conquista del espacio

"Este es un pequeño paso para el hombre y un gran salto para la Humanidad. Es posible que aquellas palabras de Neil Armstrong se repitan, décadas más tarde, sobre la superficie de Marte.

Es que sus antecedentes exitosos le han dado confianza a la NASA para proyectar que hacia la próxima década (en 2030, aproximadamente) ya no sean sólo robots o sondas los que lleguen al planeta sino exploradores humanos.

De hecho, James Bridenstine, administrador de la NASA, admitió que la Luna puede ser un excelente globo de ensayo para desplegar nuevas tecnologías y desarrollar las habilidades humanas necesarias para sobrevivir en otro planeta.

La estrategia para colocar personas finalmente en Marte involucrará una serie de plataformas -como pequeñas estaciones espaciales- que puedan orbitar alrededor de la Luna y sirvan como escala para el destino final.

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