Falta un plan integral

Los desafíos educativos que enfrentará el futuro presidente son de mayor envergadura que los económicos. A la fecha cerca del 70% de los adolescentes argentinos no reúne los conocimientos mínimos en matemáticas, 50% no los reúne en ciencias y, lo que es más grave, 54% no comprende lo que lee (OCDE/PISA). Pero el panorama es más desafiante si se tiene en cuenta las pruebas TERCE (UNESCO) y las evaluaciones nacionales (ONE). TERCE indica que Argentina tiene, tanto en 3° como en 6° grado, más de un 60% de sus alumnos en los niveles más bajos de la prueba (en Matemáticas y Ciencias, casi un 80%) y los ONE (2005/2013) nos confirman que un muy alto porcentaje de alumnos no alcanza los niveles mínimos. Las buenas leyes que se promulgaron en esta administración no se cumplen en la Argentina: la meta de los 190 días mínimos de clase, la de un 30% de jornada extensiva e, inclusive, la que estableció un presupuesto educativo del 6% del PBI (cifras ajustadas INDEC) son algunos ejemplos de ese incumplimiento. Si a esto le sumamos la crisis de la Secundaria (solo el 44% egresa en tiempo y forma), la baja calidad de la formación de los maestros, la enorme desigualdad educativa del país y el éxodo de la educación pública a la privada, se comprende la dimensión del desafío. Hay esfuerzos provinciales y nacionales pero nada será suficiente si no hay liderazgo presidencial educativo y un plan integral. Por eso nuestra campaña #YoVotoEducación: para que la sociedad lo grite y seamos escuchados.
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