Toda idea millonaria necesita un nombre: por qué es tan importante registrar la marca

El ecosistema emprendedor argentino está creciendo pero la profesionalización en ocasiones cuesta, más cuando de lo legal se trata.

La Argentina es el segundo generador de unicornios en la región, según un informe de la industria realizado por la Asociación Argentina de Capital Privado, Emprendedor y Semilla (ARCAP) y publicado a principios de este año. 

En los últimos tres años, los montos invertidos en los incipientes emprendimientos crecieron 145%.  Y Las inversiones en capital emprendedor y capital semilla superaron los US$ 400 millones. Esto quiere decir que el ecosistema de los emprendimientos en el país está vivo y da pelea. 

Para ser parte de este grupo lo primero que hay que tener es una idea y luego delinear, de la manera más clara posible, el modelo de negocio que va a permitir cumplir los objetivos (crecer orgánicamente o levantar capital, según el caso). Pero hay un paso extra que no hay que descuidar: registrar la marca.

Motivos hay varios. "Es importante registrar la marca de nuestra startup ya que la misma es el nexo conectivo entre quien ofrece un producto o servicio y quien lo consume", dice Patricia Ratcliffe, abogada UBA especializada en Propiedad Industrial.

Una marca, dice, tiene cuatro funciones principales:

  1. Es distintiva. Permite que el consumidor asocie la marca con los productos o servicios, por lo cual el consumidor podrá volver a adquirir el mismo producto o servicio solo recordando su nombre o logo y elegirlo o no frente a la competencia.
  2.  Es indicadora de origen. El consumidor podrá asociar el producto con el fabricante o prestador del servicio y la calidad que este ofrece o prestigio que representa
  3. .Es informativa. Permite al consumidor reconocer la calidad, cualidades y características del producto o servicio
  4. Es publicitaria. Permitirá al dueño de la marca instalar la misma en el mercado, en la mente de los consumidores, publicitar fácilmente y aumentar sus ventas.

"Poseer su titularidad, es decir registrar una marca, nos asegura que contaremos con derecho registral sobre la misma para poder accionar frente a marcas similares que se soliciten o se utilicen, habilitándonos a accionar judicialmente bajo la ley de marcas 22.362, que establece procedimientos especiales de defensa", desarrolla la abogada.

¿Cómo es el proceso para registrar la marca?

En primer lugar, hay efectuar una búsqueda de antecedentes para evaluar si la marca tiene posibilidades de registro, es decir, si no existen solicitadas, registradas o en el mercado marcas que podrían oponerse a la solicitud. Este paso inicial es fundamental ya que así podrá conocerse el panorama de marcas existentes que guarden similitud con la propia o si conviene modificar la marca antes de invertir.

Una vez establecida la marca, el siguiente y segundo paso es presentar la solicitud frente al Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INPI) para cumplir con los requisitos formales exigidos, para no ser objetos de vistas o nulidades.

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Admitida la solicitud, la marca será publicada en un Boletín Oficial que emite el INPI para que terceros presenten oposición.

Si la marca recibe oposiciones, es decir obstáculos al registro, o la autoridad de aplicación emite una vista, el solicitante cuenta con un plazo para contestarla. "Este acto que solo puede ser cumplido con el asesoramiento y patrocinio de un agente de la Propiedad Industrial o un abogado de la especialidad", aclara Ratcliffe.

Contestadas las vistas y superadas las oposiciones contaremos con la resolución oficial y el título de propiedad sobre la marca, documento que nos permitirá demostrar la propiedad.

Cabe agregar que es fundamental para toda marca exitosa contar con un servicio de custodia (verificación de todas las marcas que se solicitan parecidas) y el asesoramiento legal adecuado para proteger los derechos de la marca frente a terceros que la utilicen indebidamente o que pretendan solicitar una marca parecida.

En caso que la marca elegida ya se encuentre registrada previamente para distinguir los mismos productos o servicios, en principio no se podrá registrarla, pero "contando con el asesoramiento profesional adecuado podríamos evaluar alternativas y soluciones para registrarla y/o que ambas marcas puedan coexistir de algún modo", puntualiza Ratcliffe.

¿Qué puede pasar si no se registra la marca?

"Si una marca se lanza al mercado sin contar con el registro de propiedad, puede ocurrir que todo el tiempo, dinero y esfuerzo invertido en imagen de marca, publicidad, estudio de mercado, dominios, redes sociales, etc. en la startup se pierda", dice la abogada. 

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Podría ocurrir que al querer registrarla la búsqueda de antecedentes arroje que existe un antecedente insalvable (que otra persona ya tenga registrada exactamente la misma marca o una similar), o que un tercero presente oposición que no permita que nuestro trámite de marca prospere o que sin registrarla recibamos una intimación por cese de uso de marca para que la dejemos de utilizar y afrontemos los daños y perjuicios que pudiera la explotación indebida haberle causado al titular de la marca. desarrolla luego.

¿La marca registrada solo sirve para la Argentina?

La ley de marcas (Ley 22.362 y sus modificaciones) es de aplicación territorial, es decir que las marcas que son solicitadas ante el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI) son válidas por el término de 10 años.

En caso que la marca se utilice en otros países, lo que hay que hacer es iniciar el registro en cada uno de los países de interés (o ante la Comunidad Europea para que sea válida ante los países integrantes de la misma).

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Es importante resaltar que para los estados firmantes del Convenio de París, el cual la Argentina ha ratificado por Ley 17.011, existe el denominado derecho de prioridad por el cual contaremos en el caso de las marcas con un plazo de prioridad de seis meses desde el inicio de nuestra solicitud en el país de origen (en este caso, la Argentina) para iniciar la misma solicitud en otro país miembro, en el cual constará como fecha de inicio la de la primera solicitud en la Argentina, hecho que se vuelve fundamental para desalentar a terceros a que busquen sacar ventajas y evitar plagios.

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