Laurence Huntley

"Desarrollamos la herramienta pensando en las escuelas"

El director General de Mimio, empresa que fabrica pizarras interactivas, explica cómo esta nueva tecnología puede facilitar la comunicación entre alumnos y docentes y hacer más agradable la experiencia en el aula.

Mimio es una empresa que nació en 1997 de un modo singular. Sus creadores son un grupo de ingenieros y docentes provenientes del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) que, cansados de observar a sus alumnos tomar notas de manera frenética mientras ellos dictaban clase, pensaron en diseñar un dispositivo que permitiese obtener las explicaciones del profesor sin necesidad de reproducirlas sobre una hoja. Fue así que surgió la base de lo que sería Mimio: firma especializada en la fabricación de pizarras interactivas, presente en más de 60 países y que ahora busca una mayor inserción en la región. En diálogo con IT Business, el gerente General de la empresa, Laurence Huntley, explicó cómo funciona y el potencial de esta tecnología en el país.

¿En qué consisten las pizarras interactivas y cómo funcionan?
Consisten en una computadora conectada a un proyector, que muestra la señal de dicha computadora sobre una superficie, desde la que se puede hacer anotaciones manuscritas sobre cualquier imagen proyectada. Las pizarras son más independientes que otras tecnologías que requieren superficies especiales. Se manejan por infrarrojo y ultrasonido, lo que básicamente requiere un lápiz, y se ofrecen con un software que permite controlar todo su funcionamiento. Las pizarras pueden conectarse a la Web, como una computadora: se coloca la pantalla de la PC sobre la pizarra, al servicio de los alumnos. La profesora puede, a su vez, tomar información de Internet o de la computadora y así incorporarla a la clase.

El año pasado, el Gobierno argentino lanzó un programa para que cada alumno tenga una computadora, que cumple justo con las características que su equipo propone.
Lo más importante a tener en cuenta es que esta tecnología (las pizarras) ayuda al docente a captar y atraer la atención de los alumnos, y asimismo volcar gran cantidad de conocimiento. Esta herramienta facilita el aprendizaje, mientras que su instantaneidad permite al equipo docente chequear el aprendizaje de los alumnos de manera automática y hacer la devolución durante la clase no dos días más tarde.

¿Cuánto deben invertir las instituciones argentinas para adquirir esta tecnología?
Para una clase, debería invertir u$s 800. A eso habría que sumarle la computadora y el proyector, así que, en total, serían u$s 2.000 de inversión por aula. Es importante destacar que el producto tiene cinco años de garantía. De todas maneras, se debe tener en cuenta que el costo por alumno y por día se relativiza, si se piensa en el número de chicos y la cantidad de días que se usa la pizarra en cinco años.

¿Puede utilizarse también en empresas?
Efectivamente algunas lo hacen en su departamento de entrenamiento, sobre todo en grandes corporaciones. De todas maneras, hemos diseñado la herramienta pensando específicamente en las escuelas. Esperamos que cada niño pueda sacar ventajas de esta tecnología. Si la idea es preparar a los niños para entrar a la vida adulta, ¿qué parte de esa vida no está tocada hoy por la tecnología? Las pizarras interactivas benefician a padres e hijos. No sólo hacen más entretenido asistir a clase en el colegio, sino que, también tienen, como objetivo mejorar el estándar de vida de la gente. Es por eso que los gobiernos ya se toman muy en serio esta opción.

 

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