Dos franceses y un belga encontraron la fórmula para triunfar con el delivery: facturan $ 10 millones por mes

Desarrollan marcas de comida online y para crecer armaron una red de dark kitchens. Ya tienen cuatro marcas funcionando.

El francés Alexandre Boccara se instaló en Argentina hace 6 años por amor. Viajando por el mundo, en Tailandia conoció a una argentina y decidió mudarse a estas latitudes y empezó a trabajar con startups. Primero en el Gobierno de la Ciudad, y luego sumándose a las áreas de e-commerce de otras firmas. Allí vio que había una gran oportunidad en el mundo del delivery, donde había una altísima demanda, pero no estaba bien aprovechada por parte de los restaurantes que tenían pensados sus platos para el mundo offline.

Para dar el paso al mundo emprendedor, se asoció con Arthur Madrid, otro francés que llevaba más tiempo en la Argentina y ya había fundado otras empresas. Levantaron US$ 500.000 de inversores ángeles y el fondo Yavu Ventures y largaron. En ese momento incorporaron como tercero del grupo a Gaspard Hambückers, un belga que había llegado al país en 2015 con más experiencia corporativa.

¿Qué ofrecen?

El objetivo que se plantearon fue ofrecer comida de alta calidad, con buen packaging, precios accesibles y que llegara intacta en 20 minutos a destino. Para eso solo necesitaban una cocina, o lo que se conoce como dark kitchen, es decir, cocinas solo pensadas para delivery, que no cuentan con salón.

Pero en lugar de montarlas solo para sus marcas, apostaron por construir espacios más grandes y alquilar otras cocinas a restaurantes o chefs que necesitaran puntos de delivery. “Eso nos permite tener una estructura de costo mucho más liviana , dice Boccara, y explica que también hicieron acuerdos con las plataformas como Rappi, con quien montaron su primera estación de 8 kitchenitas de 16 m2 en Belgrano. Ya tienen en total tres kitchen stations funcionando.

¿Cómo lo construyen?

“Nuestro core business es la creación de marcas nativas para delivery. Las kitchenitas las armamos para rentabilizar nuestras marcas, que nacen data driven. Desarrollamos un algoritmo que nos permite entender por radio cuál es la necesidad del mercado , explican.

Ya tienen cuatro marcas funcionando: Limu (de pokes, orgánica y eco-friendly), Fishico (de fishcakes, parecidas a las croquetas de pescado), Jardin (vegana, en asociación con Notco) y Planta Base (de street food a base de plantas también en asociación con Notco).

Todo lo desarrollan en su “food lab en colaboración con chefs y arman toda una ingeniería de procesos para cumplir en tiempo y forma con las entregas. El desafío está en instalar marcas que no tienen locales a la calle, por lo que se apoyan mucho en asesores de branding para que el público los elija.

¿Cómo van a crecer?

Van a invertir más en tecnología para trabajar con machine learning y entender mejor qué pide el mercado. “Queremos ser los primeros en entender cómo funcionan los algoritmos de las apps , dice Boccara. Saldrán a buscar otra serie de inversión. Esperan terminar el año con 20 marcas y se vendrá la expansión por otros países de la región.

En cifras

  • Fundación: 2019
  • Inversión inicial: US$ 500.000
  • Facturación mensual 2020 (p): $ 10 millones
  • Cantidad de empleados: 25

 

La versión original de esta nota se publicó en el número 321 de Revista Apertura.

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