En dólar y piquetes, por ahora el periodismo condiciona más a Macri que el peronismo

En el arte del acuerdo y la seducción, tal vez Mauricio Macri termine teniendo más problemas con el periodismo que con el peronismo. Tensión lógica en una democracia republicana, observaciones críticas que en ningún modo deberían desatar las broncas y despropósitos de la era K, pero que finalmente influyen tarde o temprano en la acción del Gobierno.

La suerte que tendrá el nuevo Gobierno con problemas muy viejos que acarrea la sociedad como la práctica de piquetes y cortes de calles y rutas; o la existencia de miles de empleados públicos que son ñoquis o semi ñoquis de la política y nadie puede tocar, son algunas de las cuestiones en las que el Presidente se verá enfrentado al periodismo, a la famosa tapa de los diarios. Incluso la noción de la libertad en la formación de precios sin intervención estatal o la necesidad imperiosa de bajar el gasto para reducir el déficit y detener la inflación resultan batallas sin cuartel contra las interpretaciones de la prensa. Siempre es más fácil frente a una cámara de televisión o un micrófono en una radio, echarle la culpa a los empresarios de los aumentos de precios. O avalar el absurdo de que el sinceramiento cambiario fue una transferencia de ingresos contra los sectores populares.

Conviene comentar, al solo efecto ilustrativo, que en la Argentina -como en todas partes del mundo- la mayoría de los periodistas adhieren a las ideas de centro izquierda. En los últimos años, este fenómeno se potenció fuertemente en nuestro país en virtud del estatismo de prensa que practicó el kirchnerismo, al financiar y promover con pauta oficial medios y periodistas militantes, a la vez que.ahogar a los críticos. En muchas radios, diarios y canales de televisión, se ascendía de categoría estos años, según las barbaridades que se expresaran sobre los empresarios, productores rurales o dirigentes de la entonces oposición.

Se debe advertir también que muchos periodistas y medios destacados y de gran credibilidad que terminaron enfrentados a los Kirchner en los últimos años de la gestión por cuestiones políticas, nunca abandonaron sus convicciones de centro izquierda, que ahora vuelven a tener valor frente al nuevo Gobierno de Cambiemos.

La tentación del periodismo a correrlo al presidente Macri por izquierda es muy elevada. Y tanto influye esta cuestión, que la obsesión de los mannagers políticos del Presidente es justamente presentarlo casi como un social demócrata. Un Macri alfonsinista, áspero con empresarios y banqueros, preocupado por bajar la pobreza.

El capítulo piquetes y cortes que reapareció estas horas con el caso Cresta Roja pone a prueba al Gobierno.

También al periodismo. En los últimos años hemos visto miles de conflictos relatados por los medios. Se presentan en vivo y con móviles que informan generalmente en estos términos: "Gracias Estudios. Aquí estamos compañeros, con la gente que pacíficamente está cortando la ruta". Nadie se atreve a explicar que si se está cortando una ruta, eso no es pacífico. Desde luego, si llega a intervenir la Policía o la Gendarmería, el foco siempre está colocado en los que reprimen y no en los que se colocan al margen de la ley. Nada de esto es nuevo en el país, viene desde el final de los 90 cuando la estrella de los piquetes en radio y TV era Luis D Elia. Enfrentándolo a Menem y De la Rua, se ganó la simpatía de los periodistas críticos de la convertibilidad.

La presión de los medios por izquierda contra Macri también juega su partida en términos de la experiencia económica. La apertura del cepo resultó un éxito político y económico que le augura mucha ventaja al Presidente. Pero todavía, y sobre todo en los medios, se asocia la suba nominal del dólar con los aumentos de precios. Y para contener la inflación y tener contentos a los sindicatos, qué mejor que un dólar barato. Que le pregunten a Cristina que con el dólar regalado a 4 pesos y sin cepo ganó con 54% en 2011.

Claro que mientras se agrada a la clase media y no se enfrentan los costos políticos de la,agenda que destacan los medios, los problemas de fondo en la economía, básicamente la generación de inflación por déficit y emisión monetaria, no están resueltos. Hasta ahora no hubo un solo anuncio de recorte de gastos. Es cierto que el Gobierno puede compensar el ajuste tomando mayor endeudamiento. Habrá que prepararse para ellos y para suba de impuestos. Llegará pronto. Estarán disfrazados de reducción de subsidios. Para que nadie diga, en los medios, que Macri practica el ajuste o beneficia a las multinacionales.

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