Cómo hacer de la economía circular un buen negocio

Para superar los desafíos que implican las vueltas de la economía circular deben desarrollarse proveedores, mejorar el diseño de sus productos, articular iniciativas con el Estado y con cooperativas, apoyarse en normas de cuidado del medio ambiente y concientizar al consumidor para que consuma mejor.

Adam Smith no lo soñó. James Watt, tampoco. El sistema de producción lineal que sustentaron hace más de dos siglos debería llegar a su fin si es que a la humanidad le interesa seguir viviendo en este planeta. El contexto es distinto al de los inicios de la Revolución Industrial, y las industrias se enfrentan al desafío de producir sustentablemente. El calentamiento global, la inestabilidad en el abastecimiento de materias primas por agotamiento de las fuentes, un consumidor más consciente son algunas de las razones que dificultan seguir haciendo negocios dentro de los parámetros del "producir, usar y tirar". La Economía Circular (EC) parece ser el nuevo paradigma para producir de manera más inteligente.

Según Mariano Tomatis, socio y líder de Desarrollo Sostenible de PwC, la EC redefine el concepto de bienes y residuos, al buscar una mayor preservación del valor de uso de bienes y materias primas por más tiempo, desafío impulsado por una nueva conciencia económica, ambiental y social. "La disminución del consumo, la reutilización de los productos y la reducción del descarte de material tiene un gran impacto en la sociedad y constituye una alternativa al modelo de "extraer, producir, consumir, tirar", ya que convierte bienes que están al final de su vida útil en recursos para otros bienes, en ecosistemas industriales, minimizando residuos", explica. Todo este proceso de reconversión demanda un profundo análisis e involucramiento por parte de los líderes de las organizaciones.

La escasez de recursos es una de las principales motivaciones para la transición a un modelo de EC. Los riesgos asociados, como aumento de precios, reducción de calidad o seguridad del suministro, contribuyen con la volatilidad de los costos e impactan en el resultado final. Algunas de las tendencias que se observan dentro de la lógica circular son: el uso de energías renovables, la transformación de los consumidores en usuarios, considerar al residuo como pérdida de valor, realizar reciclado y la reparación para la re utilización, la transferencia de la responsabilidad del valor de los productos a lo largo de los ciclos a los fabricantes y diferenciar entre bienes consumibles (biodegradables) y durables.

 

Que sea negocio

 

"Si las razones para implementar iniciativas de economía circular son sólo éticas no se implementan o no se sostienen en el tiempo. Si no son negocio, están condenadas al fracaso", define Sabina Zaffora, que desde la gerencia de Sustentabilidad de Natura tiene por delante varios retos, entre ellos desarrollar el circuito de reciclado del vidrio para perfumería en la Argentina. La inquietud se la transfirió a su proveedor, Rigolleau, que fabrica los productos pero con material virgen. "Intentamos hacerlo con logística inversa y no funcionó por nuestro modelo de comercialización; ahora, trabajamos con diversidad de actores: cooperativas de recuperadores urbanos -a los que buscamos mejorar su productividad-, municipios, ONGs", cuenta la ejecutiva. El horizonte es el 2020 adonde quieren llegar con envases de perfumería fabricados en la Argentina cuyo origen sea 30% de vidrio reciclado post consumo, que hoy provienen de Brasil. "Todos ganamos si esta actividad se impulsara pero hoy no hay ningún otro actor que tenga este objetivo en su estrategia de negocios", cuenta Zaffora quien cree que sería bueno trabajar con competidores para desarrollar la industria de reciclado del vidrio para perfumería.

En Natura la gestión sustentable atraviesa todo el modelo de negocio. En 2016 fue la primera empresa de latinoamérica en difundir los resultados de su relevamiento EP&L, estudio que hace la "contabilidad ambiental" de la empresa, calculando los impactos positivos y negativos de todas las etapas de producción, comercialización y destino final de los residuos generados. "Hoy el 20% del total de los envases que producimos son "ecoeficientes"; es decir, que en su composición tiene más del 50% de plástico proveniente de material vegetal renovable o más del 50% de plástico reciclado post consumo", dice Zaffora. Y, gracias al uso de materiales reciclados post consumo en envases, durante 2017, se evitó el descarte equivalente a 5 millones de botellas PET de 2 litros.

Coca-Cola también se puso como objetivo lograr que los envases sean percibidos como un recurso que posee un valor, en lugar de un residuo y usar menos materia prima virgen, reutilizando cada vez más sus envases. "El sector privado, y las empresas de consumo masivo, desempeñan un papel crucial para impulsar el desarrollo de modelos comerciales innovadores", dice Mara Leonardi, gerenta de Relaciones Institucionales. A través de los diseños de sus empaques, los materiales que utilizan y la tecnología que desarrollan en línea con la EC, pueden brindar soluciones sostenibles para valorizar los plásticos usados y reducir su desperdicio. "En 2017 nos fijamos un objetivo global de recolectar y reciclar para el año 2030, el equivalente al 100% de nuestros empaques. Esta meta es el eje central de la nueva visión de empaques, Un Mundo Sin Residuos", dice Leonardi. Para lograrlo, necesitan mejorar la capacidad de recupero, un mayor uso del contenido reciclado y una completa reciclabilidad. "Los residuos de envases es un problema creciente, pero estamos comprometidos para ayudar a resolverlo", dice Leonardi. Por eso trabajan con todo el sistema, socios embotelladores, ONG's, gobiernos locales y consumidores para poder identificar el mejor camino a seguir, mercado por mercado. A nivel regional, lo hacen junto a otras emrpesas y apoyan la Iniciativa Regional para el Reciclaje Inclusivo (IRR) y sus propuestas de trabajo, que consisten en poner al recupero y la valorización de los residuos por sobre el enterramiento, y formaliza y reconoce el rol de los recuperadores urbanos como protagonistas.

 

El diseño, protagonista

 

Si los recicladores son fundamentales en el paradigma circular, los diseñadores también cobran relevancia. En su caso, deben pensar un producto o envase en función de varios ciclos de vida, considerando su regeneración o transformación a lo largo de los mismos. Y este es uno de los factores en que se enfocó Unilever. Según la gerente de Sustentabilidad, Mariana Reñé, para poder cumplir la meta global autoimpuesta y lograr que el 100% de los envases plásticos sean reutilizables, reciclables o aptos para compostaje para el 2025, I&D busca alternativas para concentrar, comprimir y compactar productos como, por ejemplo, las botellas de detergente Cif Active Gel y Ala Ultra, hechas con 50% de PET reciclado, 100% reciclables o los nuevos Super Acondicionadores Dove, cuyo tubo está compuesto con plástico de origen vegetal proveniente de la caña de azúcar, en más de 90%. "En un escenario en el que los recursos naturales se están agotando, los desechos se convierten en recursos", dice. Para avanzar hacia un modelo de EC, además incentivan la participación activa del consumidor y favorecen la construcción de alianzas. Al consumidor lo involucran y concientizan con programas como Reciclando en la Ciudad, junto al GCBA. Según el mismo, si los ciudadanos llevan los residuos a los Puntos Verdes reciben un cupón de descuento de $40 para la compra de productos.

En producción, en 2017, redujeron 16% las emisiones de GEI provenientes de la energía utilizada en las fábricas; redujeron 22% el uso del agua y, desde 2013, las fábricas, centros de distribución y oficinas en la Argentina no envían residuos a rellenos sanitarios.

 

Consumidor más responsable

 

El consumo responsable es otro de los pilares de la circularidad. Aquí, las marcas apelan al consumidor como protagonista, en muchos casos formándolos para que tome mejores decisiones de consumo. "El objetivo fue despertar la conciencia del consumidor, para que no compre lo innecesario", define Raúl Costa, número uno de Patagonia Argentina, cuando recuerda la famosa publicidad de la marca, donde instaba a no comprar uno de sus productos.

Más allá de la anécdota, la firma se compromete con sus clientes para que éstos aprendan a extender la vida útil de las prendas que compran, mediante el cuidado y la reparación de estas -trabajan con el Club de Reparadores-, además de enseñarles a realizar reparaciones sencillas. ¿Por qué? Extender la vida útil de las prendas reduce la necesidad de comprar más, evitando las emisiones de CO2, los desechos y el uso de agua para confeccionarlas. "La coherencia a lo largo de la historia con nuestra filosofía de cuidado del medio ambiente genera un impacto en la sociedad; y eso nuestro cliente lo reconoce y lo premia con fidelidad", explica Costa.

Dentro del programa Worn Wear llevan adelante dos iniciativas que se convierten en oportunidades de aprendizaje para muchos consumidores, los eventos de reparaciones de prendas y el Swap Day -el día en que se permite el intercambio de una prenda usada por otra-. Comprometidos también con el Comercio Justo, en su catálogo identifican los productos amigables con el medio ambiente, hechos con algodón orgánico, pluma trazable, poliéster reciclado, cáñamo y Tencel Lyocell.

En Telefónica también apelan a informar y a concientizar al consumidor a la hora de comprar un nuevo teléfono. Lo hacen a través de un sello de certificación de sustentabilidad y a través de favorecer la reutilización de equipos usados. El Sello Ecorating -que la telco desarrolló en conjunto con los fabricantes y la ONG Forum for the Future- evalúa el impacto ambiental de todo el proceso de producción, uso y eliminación de los teléfonos móviles. Según una metodología que atiende a criterios como el análisis de la vida útil, o indicadores como el calentamiento global y el agotamiento de materias primas, políticas corporativas y criterios de cuidado medioambiental de los fabricantes, clasifica los teléfonos móviles del catálogo de 1 a 5, siendo éste último el mejor puntaje. "Al momento de adquirir un nuevo celular, le informamos a nuestros clientes sobre la puntuación del sello Ecorating de los dispositivos móviles disponibles y así les brindamos la posibilidad de elegir una opción más sostenible dentro", explica Ignacio Chavero, jefe de Negocio Responsable. Otra de las iniciativas de la telefónica es el Plan Canje Movistar que permite a clientes y no clientes entregar un equipo usado en parte de pago por uno nuevo 4G y de esa manera extender la vida útil del dispositivo móvil entregado. En la actualidad, hay 170 modelos habilitados para la operación y ya se llevan canjeados 160.000 equipos.

Según Chavero, la EC no se alcanza de manera inmediata, sino que supone una transición por etapas que den lugar y tiempo a que las personas incorporen las políticas y protocolos inspirados en la EC.

 

Cambio de modelo

 

Cada vez más consumidores prefieren acceder a un servicio antes que ser propietarios de los productos que lo proveen. Gracias al avance de la tecnología, ésta y otras estrategias de la EC también están siendo adoptadas por la industria, lo que permite evitar costosas inversiones en infraestructura y desarrollar agilidad en un mundo en constante cambio. Así innovó Philips, para quien la EC es que es un sistema económico en el que no se pierde ningún material. "Por eso, diseñamos y fabricamos los productos como parte de una cadena de valor en la que los mismos puedan ser reutilizados o reformados, asegurando una continua explotación del material, y así, evitar el deshecho", dice João Pedro García, director de Estrategia, Marca y Comunicaciones. ¿Qué logran de esta manera? Hacer más efectivo el uso de los materiales, crear más valor, ahorrar costos, desarrollar nuevos mercados o hacer crecer los existentes. Una de las estrategias para ser un jugador competitivo en el nuevo paradigma es diseñar y fabricar productos para ser brindados en modalidad de servicios, mediante contratos de alquiler o leasing. Philips, comprometida desde 2012 con la EC, está transformando su modelo de negocios a través del plan "Actualización de Equipos Médicos", mediante el cual pasó de vender los equipos médicos, a ofrecerlos como servicios mediante un contrato de arrendamiento. ¿Las ventajas? Les da oportunidad de dar servicios adicionales a sus clientes siempre que lo requieran, actualizan sus productos siempre que sea necesario -se recupera el equipo, se actualiza y luego de la restauración, se puede continuar utilizando-, fideliza a sus clientes que también se benefician de la reducción de costos, de disponer de soluciones y servicios de última generación a un precio predecible y comparte riesgos con su proveedor. "Nuestro objetivo es mejorar la vida de 3 billones de personas al 2025, y al segundo trimestre de 2018, las vidas mejoradas en latinoamérica son 178 millones, este tipo de soluciones nos permite brindar un mayor acceso a la salud a las personas.

"Así como nos comprometimos, otras firmas también lo harán, dice García. Entre las recomendaciones clave, enumera: la promoción de la inversión en nuevos modelos de negocio sustentable; facilitar la cooperación a través de las industrias con el fin de fortalecer los modelos circulares e incentivar la logística inversa; promover las alianzas público privadas y eliminar las barreras que restringen la aplicación de modelos de economía circular y reciclaje.

 

Cadena de valor

 

"El gran desafío es tener una mirada sistémica y dejar de pensar la EC solo como una herramienta aplicada al final del ciclo sino que debe abarcar a todo el proceso productivo y también a la cadena de valor", explica Vanesa Vázquez, jefa de Sustentabilidad de Cervecería Quilmes, que logró reducir 35% de uso de agua en los últimos años, convirtiéndose en la firma que tiene el menor consumo de agua en la elaboración de sus bebidas. Este año, lanzaron una nueva plataforma 100+ Sustentabilidad a través de la cual cumplirán objetivos a 2025 de agricultura sustentable, packaging circular, agua, acción por el clima y energía renovable. "EC como modelo de negocio apunta al fortalecimiento de la cadena de valor e incorporación de proveedores de triple impacto, desarrollo de economías regionales, y la modificación de la matriz de compra", define la visión, Vázquez, que se traduce en acciones como: sumar dinámicos proveedores y socios comerciales a todas las etapas de trabajo e impulsar la cadena de valor sustentable: respetar normas y acuerdos enmarcados en la sustentabilidad del negocio en cada paso de la operatoria y apoyar el desarrollo de economías regionales. Buscar proveedores que puedan, localmente, producir a gran escala.

"Queremos mostrar un liderazgo que inspire a otros a entender que en la cadena de valor hay oportunidades de reducir la emisión de CO2 y de retornar el vidrio,100% reciclable. Pero, también, oportunidades de negocio en cada uno de los puntos de la producción", cierra la experta de la cervecera.

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