En ruta

Los smartcars atraen cada vez más a las automotrices

Las compañías de la industria automotriz se posicionan como empresas de IT. Incorporan en sus vehículos sistemas que facilitan la tarea del conductor y mejoran la seguridad de los pasajeros. 

 


 

Existe toda una generación que nació muchísimo antes que los teléfonos celulares y, cada vez que se topa con una nueva tecnología, simplemente, atina a levantar las manos y decir: “No sé cómo manejar eso”. Los últimos avances llevan esa expresión a la literalidad más absoluta: no hay gadget más de moda que los automóviles conectados.

Las automotrices se posicionan como empresas de IT. Incorporan en los autos sistemas centrales de información y entretenimiento (llamados IVI, sigla de “in-vehicle infotainment”), navegadores y sensores. “Nos estamos transformando, cada vez más, en una empresa de software”, declaró Bill Ford, presidente del directorio global de Ford, durante su última visita a la Argentina, en noviembre pasado. “El auto es, cada vez más, un instrumento de comunicación móvil”, explican en la filial local del óvalo. La interfaz de la empresa, desarrollada con Microsoft, es Sync. Está presente en varios de los modelos que se venden en el mercado local, como el Fiesta Kinetic ylos nuevos Focus y EcoSport. A partir de este año, el software evolucionó a Sync Applink, ya incluido en el Mustang que se lanzó en los Estados Unidos. Permite acceder, en tiempo real, a datos del vehículo (velocidad, ubicación, aceleración, odómetro) y agrega un paquete de aplicaciones, como Parkpedia (para localizar estacionamientos), Parkmobile (para reservar y pagar un lugar en uno de ellos) o Easy Order (para pedir comida cuando uno se acerca a su casa).

Conectado. Las automotrices asumen un rol de empresas de IT y desarrollan tecnología para mejorar en confort y la seguridad de los nuevos vehículos.

“Las automotrices focalizan su estrategia de negocio en la experiencia del consumidor. Ser pioneras e innovar mediante una oferta basada en movilidad inteligente y la conectividad es considerada como una ventaja competitiva”, observa Daniel Bañares, gerente de Ventas de Worldline, empresa del grupo Atos especializada en pagos electrónicos y servicios transaccionales. La empresa desarrolló, con Renault, una alternativa segura para hacer compras desde el interior de un auto, a través del sistema R-Link, que opera mediante una plataforma de servicios cloud. Ya está disponible en Europa y, asegura Bañares, se trabaja en el desarrollo de soluciones para los mercados argentino, brasileño y chileno. La necesidad no es menor. Según datos de la consultora Gartner, hacia 2017, el 25 por ciento de los fabricantes de la industria automotriz monetizará las transacciones comerciales móviles realizadas a través de sus sistemas de vehículo conectado.

En 2011, General Motors presentó en la Argentina una edición especial del Chevrolet Agile (fabricado en Rosario), equipada con un modem desarrollado en conjunto con Google, que dotaba al auto de Wi-Fi. Hoy, muchos de los productos que comercializa en el país incorporan la consola central multimedia MyLink. En otras geografías, ya lanzó el AppShop, que sirve para visualizar las aplicaciones disponibles para el vehículo y bajarlas. Una permite chequear el estado de carga de un auto eléctrico y encenderlo de manera remota, desde un teléfono.

Estación de servicios
En 2013, LoJack presentó una solución que conecta el vehículo con el celular para que el usuario pueda observar su ubicación o reciba información en caso de que, por ejemplo, se supere la velocidad máxima programada. Además, a través de un botón instalado en el tablero, es posible comunicarse con un operador (sin utilizar las manos), para hacer consultas sobre estado de rutas, información turística, servicios públicos, emergencias o proximidad de estaciones de servicio. El mismo operador “acompaña” a la hora de entrar a la casa. “Esta solución ya representa el 30 por ciento de las ventas a particulares y tiene una tasa de uso del servicio del 60 por ciento”, asegura Enrique Vera Vionnet, gerente de Marketing.

Las compañías del rubro IT también transitan este camino, ofreciéndoles a las automotrices el ahorro de años de investigación y desarrollo. Los etnógrafos y antropólogos de Intel Labs trabajan en varios proyectos, indica Eduardo Godoy, gerente de Producto de Intel para América latina. La firma colabora con Tizen IVI, plataforma abierta para este mercado, y tiene acuerdos con Jaguar, Land Rover y Toyota. BMW e Infiniti, también, usan tecnología de esta marca.

BMW, además, trabaja con la desarrolladora de software SAP en una infraestructura basada en computación en la nube de alto rendimiento para dar servicios personalizados a los conductores, en base a dónde se ubiquen y la ruta que estén tomando. Funciona como nexo entre BMW y todos los socios externos que le proveen servicios de estacionamiento, combustibles, alimentos y bebidas. A futuro, BMW podrá suministrar a conductores y pasajeros productos contextualizados y personalizados, a través del tablero de instrumentos del vehículo o de dispositivos móviles, explican en SAP.

Aerodinámico. Tesla fue una de las compañías en desarrollar prototipos que reemplazan los espejos retrovisores por cámaras.

Google lanzó la Open Automotive Alliance, para convertir a Android en el sistema operativo sobre ruedas. Ya logró adhesiones de Honda, Hyundai, GM y Audi. Apple intrdujo Siri Eyes Free, que convoca al asistente vocal de la manzanita a través del manos libres. Captó el interés de las mencionadas, más Toyota, Chrysler, Mercedes-Benz y Jaguar. Garmin, famosa por sus GPS, mostró avances de un sistema que proyecta información útil sobre el parabrisas.

La idea de incorporar tecnología no es sólo aportar diversión, sino mejorar cada aspecto del manejo. En particular, el de la seguridad. En septiembre de 2012, Ford presentó las “intersecciones inteligentes”: combinan GPS con infraestructura inalámbrica para que los autos “hablen” entre sí. En este sentido, en No-ruega y Suecia, Volvo lleva a cabo un proyecto piloto por el cual, cuando un coche detecta una mancha resbaladiza o suelo congelado, envía el dato a una base en la Nube y los demás vehículos que se desplacen cerca queden advertidos. Volvo, también, trabaja en sensores que le permitan al auto “conocer” a su conductor y descubrir cuándo está cansado o prestando menos atención. En el tablero, un sensor monitorea si los ojos están abiertos, si la cabeza está inclinada o derecha y hasta en qué dirección mira quien tiene el volante en sus manos.

En el mundo, ya existen prototipos de autos autónomos. ¿La gente los demandará? Sebastián Sicardi, gerente de Marketing Estratégico de Peugeot Argentina, responde: “Primero, las empresas ofrecen algo que los clientes ni saben qué es. Después, cuando se conoce el producto, la demanda se vuelve masiva”. Ejemplifica: en la Argentina, cuando se da a elegir a un cliente entre un modelo con navegador y uno sin él, el 70 por ciento opta por el primero, aun cuando deba pagar más, dice. En Europa, Peugeot ofrece un servicio que, ante un accidente, conecta con una central de emergencias e informa la ubicación del vehículo.

Cuando los negados a la tecnología levanten las manos y digan: “No sé cómo se maneja eso”, en no mucho, se les responderá: “Ni falta hace”.

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