Fin de ciclo

La falta de científicos y la inversión privada, los principales pendientes del sector tecnológico nacional

Lino Barañao, ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, remarcó los principales logros y desafíos de la cartera. 

 



El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación hizo un repaso de sus 7 años de gestión, mencionando los logros y los desafíos pendientes: la falta de graduados en ciencias básicas, aplicadas y carreras técnicas, la escasa inversión privada en R&D (investigación y desarrollo) y el cambio de un modelo productivo extractivo a otro basado en el conocimiento y las empresas de base tecnológica.

Con aires a despedida y a modo de balance de fin de etapa, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación productiva, Lino Barañao, presentó los resultados de su gestión de siete años al frente de la cartera.



Barañao enumeró logros como la repatriación de más de 1.100 científicos, el lanzamiento del satélite Arsat 1, la construcción de la nueva sede del ministerio creado en 2007, la incorporación de ciencia y tecnología en el sector productivo a través de financiación para las pymes. También aprovechó para agradecer el trabajo de sus colaboradores y “especialmente a la presidenta Cristina Fernández por haber creado este ministerio, que no fue casual, sino que se enmarcó en un proceso de cambio del modelo productivo del país, para pasar de una economía basada en la extracción de los recursos naturales a una basada en el conocimiento y apoyada en la Innovación, la Ciencia y la Tecnología”.

En lo que calificó como “el último informe de gestión de esta etapa”, Barañao también habló de los desafíos pendientes: “Faltan científicos y tecnólogos. El año pasado quedaron sin cubrir 5000 puestos en la industria del software porque no hubo suficientes graduados. Y en carreras como Meteorología y Ciencias del Clima, hay más becas que postulantes”, remarcó. “El problema, no es sólo argentino. También en Estados Unidos están preocupados por la escasez de profesionales STEM (Ciencias, Tecnologías, Ingenierías y Matemática, por sus siglas en Inglés). Y esperemos que lo solucionen, porque sino, se van a llevar a los pocos nuestros”, bromeó.

La escasa inversión privada en Ciencia y Tecnología es otra cuenta pendiente hacia el futuro. “En la Argentina, tres cuartas partes de la inversión en R&D+I (Investigación, Desarrollo e Innovación) proviene del Estado, cuando en países avanzados la ecuación es al revés”, afirmó. “Pero esto no se debe a que los empresarios argentinos sean tacaños para invertir en Ciencia, sino que esto requiere un cambio de matriz productiva que esté más basada en la tecnología y la innovación”, aclaró.

Por último, destacó la necesidad de “poner énfasis en la innovación inclusiva. Que los científicos tengan compromiso social y que la ciencia sirva para mejorar la vida de las personas, por ejemplo a través de la creación de empleos de calidad. Las proyecciones a futuro indican que casi la mitad, un 47% de los empleos que conocemos hoy, se van a robotizar. Por eso necesitamos formar personas capacitadas en disciplinas STEM, y fundamentalmente personas creativas y con capacidad de pensar. Esta es una tarea para los próximos ministerios de Educación y de Ciencia”.
 

 

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