Feliz cumpleaños querido Walkman

Ese es tu walkman?... que moderno que es, decía el siempre pionero Charly García al principio de Peluca telefónica, en 1982.
El Walkman sopla sus primeras 35 velitas. Cuando en 1979 apareció por primera vez en Japón (un año después en los Estados Unidos) la idea era que el usuario pudiera escuchar música en cualquier momento y lugar. Para eso la japonesa Sony creó un dispositivo portátil que reproducía casettes con auriculares y que funcionaba con dos pilas AA. Fue una revolución. El modelo TPS-L2 azul y plateado con un botón naranja marcó a fuego la década del 80 y cambió para siempre la industria de la música.
Cuenta la leyenda que a Masura Ibuka, uno de los fundadores de Sony, le dieron ganas de escuchar música mientras corría por las mañanas y puso en marcha su plan. Pero Akio Morita, el otro fundador, publicó en su autobiografía Made in Japan en 1986 que Ibuka fue a pedirle que diseñe un dispositivo para poder escuchar música sin molestar a los demás. La queja de Ibuka me puso en movimiento: le pedí a nuestros ingenieros que tomaran uno de nuestros confiables grabadores de cinta en cassette, le quitarán el circuito de grabación y el altoparlante, y lo reemplazaran por un amplificador estereofónico. Diseñé los demás detalles que quería, entre los que figuraban auriculares muy livianos, explicó.
A pesar de que los analistas de la época vaticinaron su fracaso (¿cuándo no?) y de su alto precio, el Walkman vendió varios millones. Según un vocero de la compañía, creen haber vendido, sumando todos los modelos posteriores, unos 390 millones de reproductores. En 1983 el Walkman fue clave para que el cassette superara en ventas por primera vez al disco de vinilo y tres años después la palabra ya figuraba en el diccionario de Oxford. También contribuyó al boom del aerobics y el entrenamiento personal.
Una curiosidad: dos años después de salir a la venta, los medios ya alertaban sobre el peligro del Walkman en los jóvenes. Un artículo publicado en el diario español La Vanguardia, decía que los jóvenes habían invadido las calles con auriculares. Se evaden de los que les rodea en alas de la música de su selección. Y se preguntaba: ¿Es un nuevo grado en la escalada de incomunicación, insolidaridad y aislamiento individualizado?.
La marca fue tan popular que se convirtió en un genérico para nombrar al resto de los dispositivos portátiles durante las décadas del 80 y 90. Y después de haber mutado a reproducir minidisc y CDs, todavía resiste. Sony la usa para sus reproductores digitales actuales. Sin ir más lejos, hace unos días lanzó el Walkman ZX1, un reproductor de música de alta definición para los más exigentes melómanos. Tiene un gran diseño y materiales resistentes. Y almacena 128 GB de música.
Para el aniversario 30 del Walkman, la BBC le dio un viejo reproductor a Scott Campbell, un chico de 13 años para que lo use durante una semana y después cuente su experiencia. Campbell dijo sorprendido que si el Walkman era un reproductor de bolsillo, necesitaba entonces un bolsillo gigante. Se quejó de que el cassette almacenaba pocas canciones y que no encontró la función shuffle. Mis amigos no podían imaginar que sus padres hayan usado esta caja monstruosa, dijo en tono burlón.
Lo que no sabía este mocoso digital es que sin el Walkman, el iPod de Apple no hubiese existido. Tampoco hubiese existido tanta música, esa que nos hizo felices a los que crecimos bailando y soñando a los gritos durante los 80 y 90.
Gracias por todo, Walkman. Feliz cumpleaños.
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