Los porteños deberán olvidarse de las boletas y los sobres de papel para las elecciones de la Ciudad de Buenos Aires. Según reglamentó el gobierno a través del decreto 441/14, los ciudadanos elegirán a sus representantes con un sistema de voto electrónico y boleta única.

Desde el gobierno de Mauricio Macri aseguran que el voto electrónico brinda mayor transparencia y acelera los tiempos de contabilización del sufragio. Sin embargo, varias organizaciones se muestran en contra ya que aseguran que no es una tecnología que sirva para un evento de estas características debido a que ningún sistema garantiza “la privacidad y el secreto” del voto.

Juan Manuel Urtubey, gobernador de Salta, con el sistema electrónico. Crédito: Archivo


“Se puede votar por lista o por candidato y, cuando uno termina de votar, recibe una boleta impresa que se deposita en la urna. Esa boleta tiene un código de barra y ese código se pone en un lector, que va leyendo la boleta, mientras en la batalla aparece lo que se votó”, sostuvo María Eugenia Vidal en el programa Código Político de TN.

Según comentó Beatriz Busaniche, secretaria de la Fundación Vía Libre, a Infotechnology.com, el decreto está “hecho a la medida de Magic Software Argentina”. Se trata de una de las empresas que brindan el sistema de voto electrónico (junto con Indra, Smartmatic y otras) y que ya lo implementó en la provincia de Salta. “Magic Software es la única empresa que tiene boleta única electrónica. De hecho, no sólo es la única,  sino que tiene la patente”, señaló.



El decreto porteño no especifica varias cuestiones claves del boleto electrónico. El código de barras que debería estar en las boletas, dijo la vicejefa de la ciudad de Buenos Aires, no aparece nombrado como tal en el decreto. De hecho, la empresa utiliza un chip RFID en las boletas para realizar el conteo de los votos. Según sostienen desde el sitio de Magic Software Argentina, el equipo cuenta con un dispositivo que, con tan solo apoyar el papel impreso, permite verificar que los resultados del papel coincidan con los que el votante. 

Por otra parte, la resolución señala que “el sistema no debe permitir la conexión entre el proceso de identificación y el de sufragio, y la máquina de votación no debe tener memoria ni capacidad de almacenar el registro de los votos”. Sin embargo, como señaló Busaniche, sin memoria no podría utilizarse el software necesario para ejercer la votación.

De todas maneras, desde el gobierno señalan que este sistema mejora varios problemas que ya son clásicos de cualquier elección. “Se gana que los partidos políticos no tengan que imprimir boletas ni que se roben", sostuvo Vidal. “Se reduce el fraude, no hay que tener un fiscal por mesa y facilita el cierre del escrutinio”, agregó. 

Algo que llama la atención es que no se plantea un plan B en caso de que algunas de las partes necesarias para ejercer el sufragio fallen (desde problemas en los equipos a cortes de luz).
“No es un problema del sistema en sí, sino más bien un problema político. Se esta tercerizando el acto electoral en una empresa privada. No hay posibilidad de arreglar esto, no se debe hacer. Alemania lo declaró inconstitucional y Holanda lo dejó de usar”, aseguró.