Videojuegos, el "nicho" argentino que puede traer dólares al país: en el mundo, ya mueve US$ 174.000 M

En el año en que un tercio de la población mundial se volcó a jugar, la industria local se vio beneficiada debido a la mayor demanda global. Especialistas del sector demandan reglas claras.

El 2020 fue muy inusual para todo el mundo y estuvo marcado por la incertidumbre. Sin embargo, una de las industrias que se vio favorecida fue la de los videojuegos, que terminará el año con un crecimiento global de 9,3%, según Newzoo, consultora holandesa especializada en este mercado, que además indica que 2700 millones de personas en el mundo son gamers. Debido al confinamiento obligado, muchos pasaron largas horas de ocio en el hogar jugando, lo que motivó a las grandes empresas a ampliar su oferta de juegos. Para esto requirieron más apoyo de quienes trabajan haciendo outsourcing para ellas, lo que justamente, constituye la mayor parte del trabajo de las compañías argentinas en esa industria. Al haber mucha más demanda laboral y con un tipo de cambio alto, las empresas locales se encontraron ante una gran oportunidad.

"Un tipo de cambio alto y un aumento de la demanda provocó directamente una rentabilidad creciente para algunas empresas en el corto plazo, pero los controles de cambio y la inestabilidad macroeconómica del país no permiten que haya grandes inversiones a mediano y largo plazo" sostiene Mauricio Navajas, presidente de Asociación Argentina de Desarrollo de Videojuegos (ADVA), lo que pone en duda sobre los beneficios concretos que puedan haber obtenido las empresas locales por el aumento de la demanda.

Con un mercado interno en crecimiento pero todavía muy incipiente: la industria superó en 2019 los u$s 72 millones y trabajan en ella aproximadamente unas 2000 personas, según un relevamiento efectuado por el Observatorio de la Industria Argentina de Videojuegos, la exportación de trabajo les permite sobrevivir a muchas de estas empresas.

"En los últimos 20 años, tuvimos períodos de mayor y menor competitividad en términos de tipo de cambio. Estos altibajos hicieron que para algunos estudios sea muy difícil sobrevivir", explica Martín Cao, CEO de Nimble Giant Entertainment (antes NGD Studios) y creadores de Regnum y Master of Orion, entre otros. Y luego indica que: "Eso es mucho más difícil de lograr con condiciones tan inciertas y reglas de juego que cambian todos los días y ahí, creo, está el mayor desafío para el país y la región".

"Las empresas de videojuegos históricamente en el país exportaron más del 90% de sus producciones", aclara Cao. Las grandes firmas internacionales suelen buscar soluciones externas para determinados aspectos de los juegos más populares (arte, fotografía, diseño y desarrollo de personajes, por ejemplo) y muchas veces reclutan los servicios de otras compañías que se dedican específicamente a eso, o que pueden conseguirles los especialistas que necesitan. De esa manera, se justifica que ante una mayor demanda externa, haya más trabajo local. En tanto, Patricio Spallati, Game Producer Tech Manager de Globant, argumenta que "el mercado ofrece ventajas para los desarrolladores de juegos experimentados que a otros desarrolladores de otras áreas. Los especializados, como los artistas que se dedican a un nicho, también ganan muy bien, porque muchas veces las empresas buscan perfiles muy específicos, que no se consiguen fácil".

A pesar de esa mayor demanda y de los pagos en dólares, algunos jugadores del sector no creen que eso haya sido algo provechoso. Para Gabriel Rosa, CEO de la productora cordobesa Robi Studios, "no hubo ninguna ventaja entre la cuarentena, la situación impositiva y la del dólar. Por ejemplo, no existe la ventaja del dólar alto, porque el valor es pesificado al entrar al país. En nuestro caso, nos vimos obligados a ajustar los modelos de negocios debido a la situación actual".

La fortaleza de la industria a escala global se acrecienta: el sector pasó de 159 a u$s 174.900 millones, un 20% de aumento en relación a 2019, de acuerdo a las proyecciones efectuadas por Newzoo. En ese estudio se sostiene, además, que la mayor parte de ese crecimiento se dio en los primeros meses del año, cuando en muchos países hubo cuarentenas estrictas. Luego continuó en alza, aunque más leve, a lo largo del año.

Cuna de talentos

Si bien hay pioneros locales que comenzaron hace dos décadas y aún siguen vigentes, la mayoría de los actores de la industria son muy noveles: el 60% de las empresas del sector se formaron en los últimos cinco años, de acuerdo al relevamiento del Observatorio ya mencionado anteriormente. Sus principales mercados son los Estados Unidos y Canadá, en primer lugar, luego el mercado interno y finalmente Europa, según el mismo estudio. Ese crecimiento hubiese sido imposible sin que se hubiera desarrollado una buena base. En general, los desarrolladores argentinos suelen encontrar trabajo fácilmente en este sector, por el alto nivel de entrenamiento y especialización que tienen.

"Los grandes hitos de la industria no serían posibles de no contar con personal calificado. El talento argentino es la única llave que tiene la particularidad de ser maestra, y de crear empresas globales, innovadoras y competitivas. Somos conscientes de la importancia del talento, por eso lo fomentamos, a la vez que existe una gran demanda en el sector", cuenta Mariano Fragulia, Chief Product Officer de Etermax, los creadores de Preguntados.

Ese talento es promovido desde cada vez más casas de estudio donde es posible estudiar la carrera de programación de videojuegos. "Actualmente, el 80 por ciento de la inversión va destinado a los recursos humanos, que son de talento, porque no solo se capacitan para la industria de los videojuegos, sino para insertarse en otras industrias de la economía del conocimiento", concluye Navajas. "La Argentina tiene varias cosas a su favor en lo que respecta a esta industria", dice Andrés Chilkowski, CCO de Nimble Giant Entertainment. "Por un lado cuenta con una gran comunidad gamer, además, nuestra cultura tiene una tradición creativa y emprendedora muy fuerte y finalmente, tenemos una amplia trayectoria en industrias afines como la del software, el cine, el diseño y la animación", dice.

Sin embargo, las condiciones macroeconómicas ya mencionadas provocan que mucho talento termine en otro lado. Aunque suelen ser decisiones personales, muchos profesionales "prefieren emigrar del país, aun con condiciones económicas relativas peores a las que pueden conseguir acá, pero en busca de un mayor nivel de estabilidad", sostiene Cao.

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