Infartante: la ciencia dice que la pasión por la Selección podría matarte

Ponerle demasiadas fichas a la victoria de un equipo podría ser letal. Algunos estudios relacionan el estrés de los partidos más importantes con problemas cardíacos.

En la literatura y en el cine son las mujeres quienes son retratadas, tradicionalmente al menos, como débiles de corazón. Allí se sienten atormentadas por emociones violentas, se despiden con lágrimas de amantes ingratos, dramatizan situaciones cotidianas. Los hombres pertenecen al colectivo Humphrey Bogart: distantes, íntegros, racionales, en control. Se permiten, sin embargo, una salvedad, un momento de "femenina debilidad": frente al televisor, colgados del alambre de una cancha de fútbol, lloran, se abrazan, insultan. 

Pero el cuerpo del hincha del fútbol también sufre. Dos estudios indicarían una relación entre el estrés producido las semanas anteriores a una gran final y el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas.

Aunque nos quede lejos, un grupo de científicos publicaron un paper sobre los efectos del Superbowl en los corazones de los ciudadanos de Los Angeles. Descubrieron que las muertes cardíacas aumentaban 20% los 15 días antes y después de una gran final. Del fútbol se encargaron en Alemania: los episodios coronarios agudos se multiplicaron por tres cuando la selección jugaba un gran partido. 

Roberto Peidro es vicepresidente de la Fundación Cardiológica Argentina, un verdadero especialista en temas cardíacos que, además, tuvo la oportunidad de intentar resucitar a un hincha en un estadio. Siendo arquero de Deportivo Morón en los ochenta salió a la tribuna para realizar las maniobras necesarias sobre un hincha que, sin reconocer las órdenes de su médico, fue a palpitar un partido con Banfield en las entrañas de la bestia. Aunque no lo logró --el hombre luego falleció- le sirvió para comprender la necesidad de tomar medidas paliativas y de comprender a fondo el fenómeno.

“La depresión, la angustia o la ansiedad, la ira o las reacciones de hostilidad, son factores psicológicos que predisponen a la enfermedad cardiovascular. Muchos infartos o muertes súbitas se desencadenan después de una emoción violenta. El fútbol genera pasiones que pueden llevar a situaciones de riesgo. La etapa de definición de diferentes torneos provoca en el hincha una descarga aguda de adrenalina y un proceso de estimulación simpática que provoca el incremento de frecuencia cardíaca y la presión arterial. Además, el cuerpo secreta sustancias que alteran en forma aguda el funcionamiento de las arterias, que se hacen más angostas y son más propensas a ser tapadas por coágulos .

Paradójicamente, el antídoto no es una aspirineta por día sino el placer de la felicidad. Los estados de alegría, la sonrisa habitual, las actividades sociales con amigos, una buena relación con la pareja, las expresión de amor, la facilidad para llegar a la relajación física y mental promueven la defensa contra la enfermedad porque generan dilatación en los vasos sanguíneos. 

Al final el dicho que dice que es mejor hacer el amor y no la guerra tenía algo de cierto. 

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