Estamos mal, podemos estar peor

No hay estrategia sobre el tipo de cambio que soporte el actual ritmo de emisión monetaria para asistir al sector público nacional; $ 22.000 millones en julio y 15.000 millones durante la primera quincena de agosto. La expansión monetaria, por sector público, de los últimos 45 días es similar a la de todo el primer semestre de este año, que fue por demás generosa. Hoy sobran pesos, faltan dólares y el Banco Central (BCRA) tendrá que justificar u$s 3.000 millones de reservas internacionales excedentes para efectivizar el reciente decreto del Poder Ejecutivo Nacional (PEN), con la excusa del pago a los organismos internacionales. Más allá de la justificación que se encuentre, lo cierto es que no hay reservas internacionales excedentes, por lo tanto el riesgo de inestabilidad cambiaria es y será creciente. Luego, en la segunda mitad de este año, lamentablemente se consolidarán la recesión económica, la inflación, el desempleo y la pobreza, pese al ocultamiento de las estadísticas oficiales.
¿Qué se puede esperar de la economía argentina durante el próximo año, y último del mandato de CFK?
Primer variable de análisis importante será la evolución que tendrá nuestra deuda pública. Acá, el status de los bonos públicos argentinos está sufriendo un deterioro peligroso. Nadie esperaba el desprecio oficial a la propuesta de Adeba, el default parcial y el presente proyecto de ley con cambio del lugar de pago de nuestro endeudamiento. Con esta dinámica gubernamental, es cada vez más probable que el default sea más largo que corto. Con default largo como escenario base, el desafío será cómo evitar la continua pérdida de reservas internacionales.
La otra variable relevante, a tener en cuenta para proyectar la economía argentina 2015 será el tipo de política económica que se ejecute. Y acá, tampoco es buena la perspectiva, ya que el Gobierno nacional tiene un diagnóstico equivocado sobre el estado de situación de nuestra economía. Desde el Ministerio de Economía se cree que la inflación evoluciona de manera decreciente, que el salario real mejora poco, que las reservas internacionales no son un problema y que a partir de la excelente utilidad del BCRA (más de $ 100.000 millones en 2014) se puede ejecutar una política económica expansiva que permita reactivar la economía. Esa ganancia de la autoridad monetaria es solo contable y producto del devengamiento de un activo que es un pagadios, como las Letras Intransferibles que el Tesoro Nacional le entregó al BCRA. El ente rector monetario no tiene superávit cuasifiscal, puesto que la ganancia contable es emisión espuria de dinero de igual impacto inflacionario que la expansión monetaria generada vía adelantos transitorios, pero desgraciadamente si va por el camino del peligroso déficit cuasifiscal, ya que las Letras y Notas (pasivos que pagan el 25/30% anual) tienen un saldo cada día mayor al de las reservas internacionales netas. Luego; no hay espacio para una política económica expansiva dada la abundancia de pesos y el faltante de dólares, que lo único que garantiza es una nominalidad creciente de la economía argentina.
Repasando; el default largo y la política económica expansiva estarían asegurando un 2015 peor que el 2014. Entonces, ¿hasta dónde puede llegar el deterioro económico? En el período 1989/90 hubo hiperinflación, la situación ahora no tiene nada que ver. El éxito del Plan Austral (año 1985) se reflejó en un descenso de la inflación desde el 25% al 5% mensual. En la actualidad, la inflación es creciente y en el peor de los casos será en 2015 parecida al primer año del Plan Austral. Estamos muy lejos de la hiperinflación sufrida 25 años atrás. El otro momento sumamente crítico de la economía argentina fue el bienio 2001/2002. Sufrimos las cuatro trágicas d; los depósitos acorralados, la desdolarización, el default y la devaluación. Para lo que resta de este año y todo el 2015 no hay que desdolarizar, si algo no va a faltar esos serán los pesos y el default parcial de hoy no es por incapacidad de pago. Pero el riesgo cambiario es y será considerable, y esa inestabilidad es la que amplificará la recesión económica, la inflación, el desempleo y la pobreza.
Última pregunta, ¿se puede evitar que 2015 sea peor que el 2014? Al gobierno nacional le queda una bala de plata, que podría evitar el empeoramiento de nuestra ya mala situación económica. Esa bala de plata consiste en la búsqueda de una especie de Caruso Lombardi que nos salve del descenso económico. Para ello, nuestra Presidenta tendría que rectificar el errado diagnóstico del estado de situación de la economía argentina y debería seleccionar, dentro de sus funcionarios económicos, aquellos que puedan ofrecer una mínima credibilidad y que lleven a cabo una política económica consistente con un correcto diagnóstico económico de nuestra Nación. Política económica no para reactivar, si para estabilizar. Default corto, más una política cambiaria y monetaria más alineada con la inflación, seguramente ayudarían a evitar la peligrosa nominalidad creciente de nuestra economía.
Un par de comentarios respecto de la bala de plata, la misma tiene vencimiento dentro de los próximos 12 me ses y a la fecha el gobierno nacional de CFK ni piensa en que deba usarla.
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