Son jóvenes y ganan $100.000 por twittear: ¿es negocio para las marcas?

Es uno de los trabajos millennial por excelencia. ¿Hasta donde es mito y hasta donde realidad?

Las redes sociales se convirtieron en el campo de batalla de las influencias. Así es como los perfiles más seguidos, y escuchados, se convirtieron en un asset valioso para las compañías. En una forma de llegar directamente al público y de boca de alguien escuchado y respetado. Esas personas son los influencers.

En su mayoría, los influencers son personas de a pie que logran generar un engagement muy fuerte con su audiencia a través de contenidos multimedia en redes sociales. Algunos, apasionados por la estética o la salud, se dedican al fitness y presentan videos con rutinas para sus seguidores. Y funciona muy bien. De acuerdo a un estudio de 2015 de Nielsen, en Internet, 83% de las personas confía más en las recomendaciones de otros usuarios que en la publicidad tradicional de las empresas. Incluso, 42% prefiere lo colaborativo antes que las acciones en redes sociales de las compañías.

Un solo video de Youtube puede significar ganancias por US$ 300.000 y en caso de algunos influencers muy activos pueden llegar a producir un video por día.  En nuestro país, se estima informalmente que los influencers pueden ganar cerca de $100 mil pesos en Twitter y unos $ 80 mil en Snapchat. Otras estimaciones más conservadores, como la que realiza la agencia de marketing digital Be Influencer, los tuits tiene un valor de entre US$ 500 y US$ 1.000.

 

 

¿Mito o realidad?

 

Lo intangible de un valor como la reputación o el engament lo hace permeable de estafas. Máxime cuando se trata de plataformas tecnológicas, que no todos dominan. 

Por caso, ¿es la cantidad de likes o seguidores un indicador unívoco de éxito?. Hay muchas formas de comprar seguidores, por caso se pueden comprar bots o cuentas apócrifas para "inflar" los números del influencer. Sin embargo, el engagement es más difícil de imitar: se trata de comentarios, presencia en la prensa, eventos, diálogos con otros influencers, etcétera. Esto suele ser un indicador más fiel de la verdadera llegada del influencer a los consumidores.

En este mismo sentido, es clave conocer si el influencer tiene detrás una comunidad. No se trata solo de números: 5000 seguidores comprometidos con más valiosos que 500.000 bots. Como en todo, la calidad vence a la calidad. 

En octubre de 2017, el equipo de la agencia H2H creo un perfil de una falsa influencer, @almu_ripamonti, y durante 4 meses le hemos hecho crecer de manera artificial mediante compra de seguidores, me gustas y comentarios. Lo cualdemostró lo permeable que son tanto las marcas como los usuarios a ser influenciados por perfiles artificialmente diseñados.

 

 

 

Temas relacionados
Más noticias de Influencers

Compartí tus comentarios

¿Querés dejar tu opinión? Registrate para comentar este artículo.
Nombre