General Electric firma acuerdo con Petrobras por u$s 500 millones

La multinacional estadounidense General Electric (GE) firmó un contrato con Petrobras por u$s 500 millones, que permitirá la provisión de equipamientos para la generación de energía en plataformas de la Cuenca de Santos.
Es un contrato bastante representativo para nosotros: demuestra la consolidación del mercado y el retorno que obtendremos de nuestras inversiones, dijo el presidente de la división de petróleo y gas de GE en América latina, Joao Geraldo Ferreira a Valor.
Es el tercer negocio de un monto expresivo que la empresa cierra con Petrobras en menos de seis meses. En septiembre, GE anunció un contrato por u$s 1.100 millones, para proveer sistemas de cabeza de pozo, y, el mismo mes, otro contrato, por u$s 120 millones en soluciones de perforación para la camada pre-sal, provistas por la división de conversión de energía de la compañía.
Según Ferreira, uno de los principales desafíos para ganar la licitación actual fue atender los requisitos de contenido local de los equipamientos, porque se trata de turbinas y compresores de alta tecnología. El nivel de nacionalización para ese tipo de producto será algo inédito para GE, dijo.
La transacción engloba 16 turbogeneradores (turbinas a gas acopladas a generadores eléctricos), ocho trenes turbocompresores (turbinas a gas de aviones adaptadas) y 32 compresores eléctricos. Se atenderán cuatro plataformas fluctuantes de producción, transferencia y almacenamiento de petróleo (FPSO, en la sigla en inglés), en la Cuenca de Santos, las P-74, P-75, P-76 y P-77.
Los equipamientos se entregarán entre abril de 2014 y marzo de 2015, con un índice de nacionalización que subirá progresivamente. Las primeras turbinas tendrán cerca de 60% de contenido local, alcanzando luego casi 80% en las últimas unidades, informó Ferreira.
GE mencionó, en otras ocasiones, su respaldo a la estrategia brasileña de nacionalizar la fabricación de equipamientos, en especial en la cadena de petróleo y gas. Es una estrategia que tiene todo el sentido, principalmente a mediano y largo plazo, dijo el ejecutivo. Sin embargo, admitió que no se puede evitar alguna pérdida de competitividad en el cortísimo plazo, porque existe una curva de aprendizaje para la fabricación nacional como un todo.
Partes importantes de las turbinas precisarán importarse, porque las unidades brasileñas no tienen la tecnología para proveerlas. Es el caso, por ejemplo, del sistema de control de esos equipos, el cerebro de las turbinas, según Ferreira, que provendrán de una fábrica de GE en Florencia, en Italia.
Con esa victoria, GE se recupera de la pérdida del último gran contrato de turbinas con la estatal brasileña. A finales de 2011, la competidora Rolls-Royce ganó una licitación para proveer turbogeneradores para plataformas en la Cuenca de Campos, por u$s 650 millones.
GE invierte pesadamente en su división de petróleo y gas. Desde 2007, la empresa direccionó cerca de u$s 10.000 millones en adquisiciones mundiales de activos para operaciones en el país. Invirtió también en ampliaciones. Solo la unidad de Macaé, en Rio de Janeiro, recibió inversiones por u$s 32 millones y la unidad de Jandira, en San Pablo, por
u$s 30 millones.
En 2011, la facturación de todas las divisiones de la compañía en Brasil sumó u$s 3.700 millones. Los números de 2012 no fueron cerrados aún, pero la empresa anunció en diciembre que presentará un fuerte crecimiento, superior a dos dígitos, en el país.
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