La hora de las franquicias de ingreso

El low cost llegó al sector de franquicias como una opción para invertir con menos riesgo, en tiempos inciertos. Las ventajas, los costos y modelos de un nuevo formato que gana adeptos. Las claves.

Aunque las franquicias demostraron ser un eficaz modelo de negocio para sortear las crisis, los empresarios también, hoy, en un escenario de inflación, buscan alternativas para seguir creciendo. Además de los tradicionales locales, diseñan formatos más pequeños para franquiciar que dieron lugar a locales o stands más chicos, bajo la marca de la respectiva franquicia. La gastronomía marca la tendencia. Es una variante de inversión más chica con un tiempo de recupero más rápido. Hay inversores que no están dispuestos o no pueden poner mucho dinero y ésta es una oportunidad para ellos. Creo que es una tendencia que llegó para quedarse, dice Carlos Canudas, de la consultora especializada en franquicias y marcas, Estudio Canudas.

Nuevos formatos
Además de las clásicas cafeterías, Café Martínez tiene un formato Express con sistema de autoservicio. Si bien la inversión es similar a la de las cafeterías, los costos opertivos son más bajos porque no requiere empleados para atender las mesas. Para fin de año, lanzarán dos nuevos formatos que reducen los costos de inversión. El primero es Punto Expreso, una góndola para zonas de alta circulación. Requerirá una inversión para equipamiento de alrededor de u$s 30.000 (a eso hay que sumarle los costos de alquiler y los gastos que cobren los shopping) y el canon de ingreso es de $ 25.000.
Con similar monto de inversión, lanzarán también las franquicias de Barra al Paso, locales a la calle de entre 40 y 50 metros cuadrados para que los clientes puedan tomar el clásico pocillo de café en la barra o llevárselo en vasos descartables. Ambos formatos los pensamos para el que no llegan a los u$s 120.000 que se necesitan para abrir la cafetería, pero alcanzan los u$s 50.000. Además, como algunas empresas importadoras despidieron personal, hay muchos desempleados que buscan autoemplearse, invirtiendo la indemnización, explica Marcelo Salas Martínez, uno de los dueños. La cadena tiene 91 franquicias entre la Argentina, España, Chile, Paraguay y Uruguay y, para el 2013 inaugurarán en los Estados Unidos.
Estas alternativas de franquicias, explica Canudas, tienen la ventaja del ahorro en las cargas sociales, que hoy representan el 17% por empleado, ya que el franquiciado puede atender él mismo el negocio.
La heladería Sei Tu también pensó en un formato para ser atendido por su dueño o para que, a lo sumo, necesite un empleado de apoyo. Los locales tienen un mínimo de 50 metros cuadrados, preferentemente, en una esquina. Para Graciela Abriatta, gerente de Marketing de la empresa, Sei Tu no es estrictamente una franquicia ya que no cobran canon de ingreso ni regalías y no piden un mínimo de compra de mercadería. Así, la inversión, que oscila los
$ 60.000, es para el alquiler, el acondicionamiento del local y los empleados, si los tuviesen. Tenemos socios, no franquiciados. No intentamos ganar de ellos sino junto a ellos, explica Abriatta. Por eso, también, la empresa entrega en comodato el mobiliario pesado. Sei Tu tiene 200 heladerías en operación y esperan cerrar 2012 con 300.
Este formato puede ser generador de emprendedores, permitiendo el achicamiento de los riesgos, la los costos fijos y permite una economía de escala con la compra a proveedores comunes, prevee Gabriela López, directora de Central de Emprendedores.

La mercadería
La casa de objetos de diseño Ominim también lanzó un formato de franquicias low cost. La decisión se basó en su propia experiencia: en 2007, cuando Amorina Ripari y su marido, Marcos García Molina, abrieron el negocio lo hicieron en La Plata en un local de 180 metros cuadrados, un error, reconoce Ripari. Una tienda de esas dimensiones es una locura en cuanto al alquiler, explica la emprendedora. Con la lección aprendida, el matrimonio se mudó a un local de 60 metros cuadrados. A sus franquiciados le dan la opción de replicar el propio o de montarlo en uno de 35 metros cuadrados. Para el primero, el stock inicial de mercadería es de $ 65.000 y el más pequeño desciende a
$ 50.000. Para ambos, el fee de ingreso es de $ 40.000, pero, al tratarse de dimensiones diferentes, cambia el costo de equipamiento del local: para el local de 60 metros cuadrados calculan una inversión de $64.000 y para el de 35 metros cuadrados $54.000. Nosotros no auditamos las ventas. Por eso, las regalías son sobre las compras de mercadería y no pedimos un monto mínimo, aclara Ripari quien atribuye al logro de sus 15 aperturas a lo tentador de su oferta y a los $ 60.000 aproximados de facturación mensual. Tales números resaltan por qué, entre los atractivos de las franquicias low cost, se destaca la asequibilidad de los locales que suelen ser de entre 50 y 100 metros cuadrados.

Menos metros es más
La Vascongada se relanza de la mano de franquicias de bajo costo con sus históricas lecherías. La marca, del grupo Café Onkek, volverá con su estética de la década del '70 y '80. El diseño de los locales y stand respetará al máximo la arquitectura de aquellas épocas aggiornado con equipamiento moderno y colores, explica Pablo Menardi, gerente de Marca.
Las Lecherías de La Vascongada se inaugurarán - ya cerraron acuerdos con inversores de Buenos Aires - en dos formatos: locales de 60 metros cuadrados y stands de 30 metros cuadrados para los shopping o centros comerciales. La inversión total ronda los $ 325.000 y los
$ 215.00 más impuestos respectivamente (éstos valores incluyen el canon de ingreso, los costos de obra civil y el stock inicial. Para los locales, el derecho al uso de la marca es de $ 25.000 y para los stand $ 15.000). De acuerdo a los resultados del análisis del mercado, Menardi calcula que los franquiciados podrán alcanzar una facturación anual de $ 2,5 millones con el módulo local y $ 1,5 millón en los stands.
Sushi Club también apostó por el low cost con las franquicias boutique, como las bautizaron. El local es de hasta 180 metros cuadrados y, según Matías Pagano, gerente General de la empresa, basado en la experiencia de los locales que ya abrieron en Canning y City Bell, la cantidad de cubiertos es similar al de los locales tradicionales. En términos generales, la inversión inicial para este formato varía entre
$ 650.000 y $ 800.000 (incluye u$s 20.000 de canon de ingreso). Además, Sushi Club lanzó las franquicias Delivery para una inversión total de entre $ 180.000 y $ 250.000, dependiendo de las condiciones del local. El fee de ingreso es de u$s 15.000, el inmueble puede tener 40 metros cuadrados y se necesita entre 6 y 12 empleados.
El alquiler representa el 30% del presupuesto que hay que destinar para un negocio, en este sentido las microfranquicias lo reducen considerablemente. Es cierto que las ganancias pueden ser menores a las de un negocio clásico, pero siempre son proporcionales a la inversión y a su vez como el tiempo de recupero es más rápido, las ventajas se ven casi inmediatamente.", concluye el consultor Canudas.

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