LA ARGENTINA DEL CORRALITO VERDE (NOTA I)

Déjà vu cambiario: las trampas de reciclar recetas y volver al pasado

Después de más de 25 años, la Argentina vuelve a hablar de desdoblamiento del tipo de cambio. No hay nada nuevo bajo el sol. Recetas que no parecían llamadas a volver, volvieron. Los economistas remiten a experiencias de los años treinta y setenta. Pero advierten que hay diferencias centrales: un mundo globalizado que cambia por completo el contexto y las posibles consecuencias y un nivel de sofisticación tecnológica que facilita los controles. El gran peligro: declinación económica a largo plazo

Cepo cambiario y restricciones para importar y girar divisas al exterior. No hay nada nuevo bajo el sol. Son medidas que, con matices, diferentes gobiernos ya tomaron en la Argentina en las últimas décadas para defender a la economía de la caída del comercio mundial o por la necesidad de cuidar las reservas para realizar los pagos externos. Pero el déjà vu cambiario y el sabor amargo que dejaron la mayor parte de las veces estas recetas que vuelven también le pone límite a los paralelismos. Hoy el país no sólo goza de un precio récord de su commodity de exportación y reservas por más de u$s 46.000 millones. La apertura actual de la economía en términos comerciales y de capitales vuelven insostenibles estas medidas en el tiempo. O sólo pueden provocar una recesión.


El Cronista consultó a varios profesionales de primera línea sobre el tema: el historiador de la economía Roberto Cortes Conde, el economista del Centro de Estudios de Estado y Sociedad José María Fanelli, el historiador económico de la Universidad de Buenos Aires (UBA) Mario Rapoport y el economista Jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas Fernando Navajas.

Abordaje arcaico

En su libro La economía política de la Argentina en el siglo XX, Cortes Conde describe las repetidas ocasiones en que desde los años 30 se aplicaron medidas cambiarias y restricciones a las importaciones: El control de cambios es una circunstancia excepcional y no fue positivo, aclaró el abogado. La mayor parte fue negativo para la inversión y está muy unido desde 1930 al fenómeno de la fuga de capitales.


En general los controles de cambios han estado vinculados a salidas de reservas. El problema cambiario se puede dar por una caída del comercio internacional y la necesidad de mantener las importaciones esenciales o los pagos externos. La otra cuestión tiene que ver con el problema de la confianza del público en la moneda local.


Volviendo al presente: Lo de hoy no es un problema de caída de las exportaciones, sino del peso, dijo Cortes Conde. El proceso inflacionario se mantuvo durante toda la mitad del siglo XX y la gente deja de usar la moneda local.


En las medidas que la Argentina adopta hoy, el profesor de la Universidad de San Andrés ve una vuelta al pasado y una cierta idea de una economía que se cierra. Aunque los personajes, los estilos, la política son distintos, hay una cosa muy arcaica en la forma en que se enfrenta la economía argentina, los distintos mecanismos que se vuelven a usar. La idea de economía cerrada fue una consecuencia de crisis del 30 y la 2da. Guerra Mundial. Pero ve una diferencia, ya que antes en general estaba más regulado y mucho más explícito.


¿La consecuencia de estas medidas? Una declinación económica a largo plazo. Porque cuando se deja de importar, se dejan de importar insumos industriales y tecnología. Este tipo de control de cambios y preferenciales hizo que los bienes de capital se hicieran más caros, lo que impide la modernización del país y de su estructura productiva. Y respecto del ingreso de capitales: La inversión requiere un horizonte de largo plazo y cuando tiene restricciones para salir, no entra. Eso es lo que pasó en el país de la posguerra.

Podría ser peor

También Rapoport comparó el control de cambios que se aplica hoy con el de la década del 30, aunque no comparte la mirada crítica sobre las últimas decisiones de política de la gestión actual.
En los treinta, por la crisis del comercio exterior se aplicó un aumento de aranceles y un control de cambios. Se creó la Comisión de Control de Cambios y luego se estableció un sistema que se fue modificando y duro 10 años, recordó. En una primera etapa, se crearon cinco tipos de otorgamiento de divisas según la clase de importación que ingresaba al país. Luego se estableció un sistema más flexible con dos tipos de cambio: uno oficial y uno libre. Hoy todavía no es eso porque el paralelo no está reconocido, dijo el investigador


La razón por la que los políticos argentinos tomaron esas medidas fue la Gran Depresión. La crisis mundial obliga a tomar medidas proteccionistas. Mi opinión es que el euro va a explotar de alguna manera. Pero ésta es una crisis más global: China también tiene algún tipo de problema. El disparador de las medidas proteccionistas resulta entonces muy parecido: Claro que hoy el comercio exterior de Argentina está más diversificado que en los años treinta, cuando dependíamos de Gran Bretaña fundamentalmente. De todos modos, igual hubo un descenso de las exportaciones y fue necesario tomar estas medidas respecto de las importaciones para equilibrar el comercio.


¿El resultado? En los años 30, presionaron el proceso de industrialización, que después se fortaleció con el peronismo, y de las inversiones extranjeras americanas porque no podían exportar a Argentina. Hoy también la crisis misma favoreció la industrialización. Argentina no fue tocada salvo en 2009 y hoy un poco. Hay elementos internos que juegan en contra: los sectores a los que no les gusta este gobierno ni el modelo económico, los que causaron la crisis 2001 y 2002. Uno puede discutir la forma y los errores del Gobierno, pero esto es mucho mejor que lo que se está haciendo en Europa, opinó.
Eso sí, Rapoport consideró necesario parar el proceso inflacionario, aunque aclaró que no es como en épocas anteriores, ya que hoy la inflación es relativamente moderada. Y aseguró que el dólar es un tema aparte: el mercado inmobiliario es un factor que no ayuda porque evidentemente retrae dólares que son necesarios para el comercio exterior y es un mercado falso, no es real de viviendas para vivir sino para mover dólares.

La globalización lo cambia todo

Varios son los economistas a los que las medidas para cuidar los dólares que se toman hoy en día los remite también a los años 70 y 80, con distintas alternativas de control de cambios y administración del tipo de cambio combinado con fuertes presiones inflacionarias. Es el caso de Fanelli: No se parece en la cuestión política ni en la profundidad de los desequilibrios, pero sí son iguales ciertas lógicas, la mala praxis por el manejo discrecional de precios y la rama sindical opuesta al gobierno, explicó.


El profesor de la UBA describió la relación que existe entre la brecha cambiaria, hoy en torno al 40%, y las expectativas de inflación: Cuando la brecha es pequeña, las expectativas de precio no la toman mucho en cuenta. Cuando es, digamos, del 20%, los agentes comienzan a pasar a precios parte de la depreciación en el paralelo. Pero si la brecha es del 50%, los agentes tampoco pueden utilizar el dólar como referencia para hacer precios, pues no habría demanda. Conclusión, el que vende piensa que vende barato y el que compra piensa que es muy caro y, bajo esas circunstancias, la transacción no se realiza. Así, la contrapartida de una brecha exagerada es una recesión rápida y profunda. Y agregó que el mercado inmobiliario es un poco una muestra de esto. Por eso no creo que la situación sea sostenible.


Para Fanelli, las medidas de control actuales pueden ser similares a las aplicadas en décadas anteriores, pero las consecuencias serán diferentes porque el contexto es diferente.


En los 70 había más margen para controlar porque la economía estaba más cerrada. La brecha tardaba más en abrirse y, además, el gobierno no tenía tanta eficiencia para controlar. Por lo tanto, había más oferta de dólares aún con controles y la demanda no era tan inelástica. Hoy estamos en un mundo globalizado, con movimientos de capital muy significativos y cadenas de valor con productos cuyos insumos se elaboran en diferentes países. Por lo tanto, si los controles fueran totalmente efectivos, la oferta de dólares sería mínima, pero la demanda seguiría siendo muy alta, pues se seguirían necesitando insumos del exterior y los inversores necesitarían diversificar carteras. Conclusión, cuanto más efectivoslos controles, mayor será la brecha entre la demanda y la oferta.


Por eso no le sorprende que ante controles muy efectivos como los actuales, la brecha entre el oficial y el paralelo se haya disparado en poco tiempo. La gente no transa porque pierde referencia de precios y genera una recesión simultánea, explicó. Para Fanelli, que acaba de publicar La Argentina y el desarrollo económico en el siglo XXI, las autoridades pueden evitar una recesión corrigiendo las distorsiones de precios relativos, creando un activo para ahorro que no tenga tasa negativa y controlando el proceso inflacionario.

El factor tecnología

Después de más de 25 años sin desdoblamiento del tipo de cambio, Navajas recordó que las medidas de tipo de cambio múltiples no se sostuvieron por largos períodos porque han llevado luego a una devaluación y unificación cambiaria. Se trata de una forma de administrar la restricción externa, explicó. No hay nada nuevo en este sentido. Sí es nuevo que muchas de estas cosas que uno pensaba que no iban a volver volvieron, comentó.


Hoy hay un avance de pesificación de jure de la economía. La frase de Moreno respecto de que hay que regular al mercado paralelo da una idea de hasta dónde han avanzado los controles, que no reconoce precedentes en los últimos 40 años en la historia argentina, opinó.


Creo que son medidas más permanentes de lo que se imagina, previó Navajas. En parte esta situación está facilitada por el mejor control informático respecto de 40 años atrás. Antes la gente iba, cobraba el sueldo en efectivo e iba a la casa de cambio o compraba bienes. Hoy todo el dinero es informático y eso permite un cruce y un control de las actividades ilegales que antes no había. Permite controles más efectivos. Le da más poder de continuar.
El tiempo lo dirá.

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