Premier griego estrecha vínculos con Vladimir Putin

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, y el presidente ruso, Vladímir Putin, abogaron ayer por poner fin a la política de sanciones y contrasanciones entre la Unión Europea y Rusia, que ha causado graves daños a las economías de sus países.
"Círculo vicioso", como lo llamó Tsipras, o "guerra de sanciones", para Putin, ambos coincidieron en que estas medidas no resuelven los problemas surgidos entre Bruselas y Moscú por la crisis de Ucrania.
Los dos mandatarios hablaban a la prensa después de mantener en el Kremlin unas conversaciones precedidas por fuertes críticas de algunos socios europeos a Tsipras y por especulaciones sobre la posibilidad de que Grecia pidiera asistencia financiera a Moscú para paliar su endeudamiento en plenas negociaciones con Bruselas.
Diversos medios habían especulado que Moscú pudiera hacer alguna excepción en el embargo agrícola a los países europeos más reticentes a las sanciones y el ministro de Agricultura ruso, Nikolai Fiodorov, nombró ayer concretamente a Grecia, Hungría y Chipre.
Pero el jefe del Kremlin aseguró que Tsipras no ha pedido ayuda financiera a Rusia y que únicamente hablaron de "realizar distintas inversiones en el terreno de las infraestructuras, transporte, energía etc".
"Grecia es un país soberano con su derecho irrenunciable a desarrollar una política exterior multilateral y a desempeñar su papel geopolítico como país balcánico, mediterráneo y europeo y de la región del Mar Negro", señaló Tsipras.
El hecho de que la visita de Tsipras a Moscú coincida con la fecha de pago, que deberá concretar hoy, de un tramo de la deuda griega a sus acreedores europeos -a pesar de que Atenas ha garantizado al FMI que cumplirá-levantó todo tipo de suspicacias entre políticos y medios europeos.
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