"Algunos proveedores de materia prima están dolarizados"

Hervé Joyaux Fabre, presidente de Bodegas Fabre, en 1992, fundó la primera bodega boutique de la Argentina, pionera en la elaboración de vinos malbec de alta gama. Años después adquirió otra bodega en la Patagonia.

Hace más de 20 años que Hervé Joyaux Fabre cambió los famosos viñedos de su Burdeos natal por los de Mendoza. Estaba en pleno proceso de instalarse en Chile, cuando descubrió las uvas malbec mendocinas y no dudó en mudarse definitivamente a la Argentina. Fue una gran sorpresa que me llevó a invertir y vivir acá, cuenta. En 1992 fundó junto a su esposa Fabre Montmayou, la primera bodega boutique del país, en la zona de Vistalba, Luján de Cuyo, junto a 15 hectáreas de las viñas más antiguas de malbec de la provincia. Hoy es considerado uno de los pioneros en elaborar vinos malbec de alta gama y cuenta con más de 80 hectáreas de viñedos en Mendoza y otras 50 en la zona del Alto Valle de Río Negro.

Usted fue uno de los primeros en impulsar el malbec en el mercado internacional, ¿cómo se posicionan hoy los vinos argentinos en el mundo?
Me siento pionero en el sentido de dedicación, pero no hemos inventado el malbec. Sí en darle un poco más de nobleza, en sacar vinos malbec de alta gama. Antes se usaba más como un vino de corte. Hace 20 años afuera casi nadie conocía el malbec y les costaba imaginar dónde estaba Argentina. Era un poco confuso, conocían mucho más Chile que la Argentina como productor de vinos. Acá el consumo del mercado nacional era muy importante entonces no había una necesidad de exportar. Fue un desafío explicar que Argentina era un gran productor de vino y de una cepa que nadie conocía. El único país donde había algunos recuerdos de malbec era Francia, en Burdeos. Era un doble trabajo.

¿Y con qué consideración cuentan?
Algunos tienen la sensación que ya está. Pero hay millones de consumidores que no tienen idea de qué es el malbec y que la Argentina produce buenos vinos. España, Francia e Italia tienen 500 años de marketing. Y nosotros en 20 años no vamos a pretender posicionar o hacer conocer una vitivinicultura.
El problema es que la constancia no es una virtud de los latinos. Y yo me considero latino. Nos cansamos un poco de repetir las cosas y de insistir.

¿Qué falta?
Insistir. Hay grandes productores como Francia, España, Italia, Estados Unidos (que no exporta mucho por suerte), Chile, Australia. Toda esta gente pretende ocupar espacios. No somos los únicos y son años y años de seguir peleando.

¿Qué fortaleza tiene el vino malbec?
Nos sirvió mucho la relación precio-calidad excelente que tenemos con un malbec. Si uno trata bien a la uva, obtiene rápidamente un vino fácil de tomar. No hay que esperar mucho para que sea agradable, porque los taninos son naturalmente suaves. Ahora estamos volviendo a una relación que entra más en competición con otros países. Hay un segmento, de vinos más económicos, que no podemos pretender atacar ahora como hace 10 años.

¿Cómo impactó la devaluación en su empresa y en el mercado de vinos argentinos en general?
Nos ayuda a tener una mayor rentabilidad. Lamentablemente algunos proveedores de materia prima corcho, botella, cápsula, caja están dolarizados. Pero sería una imprudencia bajar los precios para recuperar algunos mercados, es más interesante hacer acciones promocionales. Recuperamos utilidades, lo que es importante para poder invertir en tecnología.

¿Cuánto se exporta actualmente?
Entre vino embotellado y a granel unos u$s 1.000 millones. Obviamente es poco cuando se compara con la exportación de granos o de soja, pero la gran diferencia, y estamos orgullosos, es vender un producto con nombre y apellido. La exportación de vino embotellado con marca hace conocer al país. En el caso de nuestra bodega, siempre hemos exportado más del 80 por ciento.

¿Cómo cambió el consumidor local?
Se consumen menos litros, pero se consume mejor. El mercado más afectado es el de los vinos más baratos. La gente prefiere tomar menos pero ha subido su nivel de categoría de vinos. Es una tendencia mundial para países de gran producción. No vamos a volver a los 95 litros por habitante, obviamente, hoy estamos por debajo de los 30 litros.

¿Cómo es hoy la relación con los vinos chilenos?
Los chilenos siguen fuertes, porque al tener un mercado local muy pequeño, sí o sí tienen que exportar. Para ellos el mercado número uno es la exportación. No es el caso de la Argentina. Se escucha hablar más del vino chileno que argentino, pero si lo comparamos con 30 años atrás hay un cambio impresionante. Es muy difícil encontrar profesionales en el mundo que no saben del vino argentino. El problema es que tenemos que ir al consumidor que todavía no nos conoce.

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