Construir sobre lo construido

Un concurso organizado por el Consejo Profesional de Arquitectura puso sobre el tapete el rol de las medianeras. ¿Se puede hacer algo diferente con ellas?

Una coexistencia y yuxtaposición de códigos y legislaciones. Una fachada inacabada. La posibilidad de "atrapar unos rayitos de sol que a vos te sobran" (así decía Víctor, el personaje de Daniel raoz, en la película El hombre de al lado). La que se viene abajo cuando no se cumplen o no se realizan los controles de obra. La pura potencialidad de crear sobre ellas o de construir sobre lo construido. Todo eso es una medianera: paredones ciegos, a veces con algunas aberturas que buscan la libertad y el cielo aún sabiéndose ilegales, que se elevan más de una decena de metros en muchos casos. Lienzo en blanco para la creatividad de muralistas y también página en blanco para diversas publicidades de productos o campañas políticas.
Si bien el debate ya estaba instalado, el Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo (CPAU) organizó un concurso para poner de manifiesto un tema complejo, con miradas y opiniones diversas. "La medianera es una fachada en espera. Está aguardando que otro la complete en el lote contiguo. Aunque, en realidad, muchas quedan así para siempre. Lo que nos preguntamos es si ese desmérito, si esa minusvalía puede convertirse en oportunidad. Con esa idea, lanzamos el concurso. Recibimos 43 propuestas de profesionales y estudiantes y otras 20 de artistas y arquitectos, invitados fuera de concurso. Y aún así, con más de 60 trabajos, la reflexión no se ha agotado", comenta Néstor Magariños, presidente de la Comisión de Urbanismo y Medio Ambiente del CPAU. Ante la consulta de por qué el trabajo quedará en la instancia reflexiva y no pasa más allá de una mirada crítica, el consejero responde: "Es una reflexión que le ofrecemos a la ciudad y luego la ciudad verá si la toma o no. Vimos también cuánto crecieron las publicidades en las medianeras y también pensamos que si la medianera es una oportunidad para la publicidad, lo es también para el arte y para mejorar una fachada, abriendo ventanas incluso. Hoy por hoy, desde el código, no se pueden abrir ventanas en las medianeras. Por eso es una invitación a pensar y a reconocer que tenemos una realidad defectuosa".
Para darle más visibilidad, el Consejo convocó al arquitecto Néstor Otero para organizar una muestra y una charla debate en la que participaron los arquitectos Flora Manteola, Roberto Frangella y José Ignacio Miguens. "En algunas situaciones de esquina, aparecen edificio bajos enmarcados por medianeras de mayor altura, carentes de atractivo alguno, deseando que aparezcan edificios que respeten las alturas contiguas. Ahora bien, nos preguntamos: ¿qué sucedería con miles de habitaciones que, en estos casos, iluminan, ventilan, y poseen vistas largas? ¿Hay que taparlas? ¿Tenemos que desairear y desiluminar la vivienda porteña?, ¿No debemos imaginar otras soluciones? ¿Qué ocurriría en nuestras calles angostas si no coexistieran en ellas diferentes alturas? De existir uniformidad, ¿nuestras calles perderían el cielo con que cuentan gracias a estos constantes subibajas, intersticios de cielo que tanto le gustaban y elogiaba Clorindo Testa?", leyó Otero en ese encuentro.
Finalmente, el mes pasado se dieron a conocer los ganadores del concurso. Hubo tres primeros premios, sin orden de mérito, en la categoría general de arquitectos (dos para Elisa Dall´Ochio y otro para Oz lvarez Rojas) y dos premios en la categoría estudiantes, ambos para Germán Landajo, también sin orden de mérito. Por su parte, la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (FECOBA) otorgó un premio especial de $ 5000 en efectivo a la intervención en una medianera que estuviera sobre el eje de Entre Ríos - Callao. La propuesta ganadora fue la de María Soledad Orube con sus Huertas verticales. "Hay una cierta preocupación por las medianeras en cuanto a que son piezas urbanas muy neutras y quedan como fondos. Por un lado, hay una cuestión casi pictórica que apareció en las propuestas y, por otro, hubo proyectos que jugaban con el lugar. Entonces, unas podrían estar ubicadas en cualquier lugar de la ciudad y otras se agarraban al entorno. Además, hay una idea de orientar a que se hagan medianeras verdes, cosa que no es tan fácil ni desde lo técnico ni desde lo legal", describe Ricardo Blanco, presidente de la Academia Nacional de Bellas Artes y uno de los jurados del concurso. "Qué hacemos con las medianeras es un tema a debatir. Para mí es bueno que existan estos corredores visuales. Si estuviese todo tapado, no habría posibilidad de nada. En mi caso, quise tomar una posición más que decorar una pared. Elegí una especie de langosta que existe en Córdoba, como elemento que vehiculice la depredación. Y en este caso no solo hablo de las depredaciones al medioambiente sino a las depredaciones inmobiliarias, al uso que le damos al suelo y a la especulación, haciendo una traspolación", explica el arquitecto Oz lvarez Rojas.
"Yo conocía la cochera de hace mucho tiempo, es un garaje a cielo abierto y es particular porque tiene tres paredones vacíos. La medianera es un espacio vertical que no se puede caminar ni recorrer y esta es una forma de poder habitarlo y recorrerlo. Además, la cochera tiene cinco días en la semana que se usa en Microcentro y dos días que está vacía. Con lo cual, el uso de la palestra y del estacionamiento son complementarios", explica su obra Landajo, estudiante de Arquitectura de la FADU - UBA. "Creo que el concurso tiene el mérito de haber recibido muchas propuestas. Aunque son, más que nada, un puntapié inicial más que una solución", completó Magariños. "Si bien hubo distintas opiniones, para mí hubo muchas buenas propuestas. Creo que es un tema que claramente excede lo pictórico, que es más subjetivo también. Es para debatir largo y tendido con las autoridades. El concurso, entiendo, fue más para movilizar a la gente que para pensar en soluciones reales y, en este punto, también es válido que se hagan concursos para tomar conciencia", completa Blanco. Así planteado, el concurso de ideas es un buen ejercicio que invita a meditar. Queda esperar medidas y acciones que permitan que lo provisorio se convierta en definitivo. Aunque parece que no es tan sencillo.
Lorena Obiol
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