Un ABC para start-ups

Los emprendedores tienen un menú de opciones al que pueden recurrir a la hora de capacitarse, hacer networking o, incluso, contactarse con potenciales inversores. Quienes se animaron a crear su empresa no lo ocultan.

El camino para emprender no es sencillo. Hay múltiples factores que pueden provocar que falle la gestación de una firma: un plan de negocios mal hecho o mal calculado, peleas internas, falta de financiamiento, burocracia y reglas de juego que no siempre son claras. Sin embargo, los entrepreneurs, en la Argentina, tienen acceso a un conjunto de organizaciones, fundaciones e instituciones, tanto públicas como privadas, cuyo objetivo principal es, justamente, ayudar en ese camino sinuoso.
Por caso, Endeavor es una organización sin fines de lucro internacional que realiza, por un lado, las Experiencias Endeavor, actividades en 10 provincias, a las que se convoca a emprendedores para talleres de diversas temáticas, desde experiencias hasta cuestiones técnicas. Además, tiene un proceso de selección que resulta en uno o varios emprendedores Endeavor. Tienen que estar ya establecidos, con un ciclo de negocios demostrado y que sea un full life job. Es para aquel que quiere crecer y tener alto impacto, en cuanto a generar empleo, tecnología y mejora de la calidad de vida, aclara Gabriela Macagni, Managing director de la ONG. Los entrepreneurs elegidos están a cargo de un manager de servicios, que analiza sus necesidades, fortalezas y debilidades. Además, reciben asesoramiento y mentoreo de otros emprendedores o empresarios y entra en la red de networking.
Pensando en el otro extremo del proceso de creación, está Enablis, una organización sin fines de lucro canadiense fundada en 2002. Este año, proyecta replicar una experiencia ya exitosa en frica, donde se beneficiaron más de 2100 start-ups. Ya tenemos 33 emprendimientos elegidos, asegura su fundador, Charles Sirois. Creada por Accenture y Telesystems, Enablis identifica entrepreneurs a través de una competencia de business plan, entre la que selecciona casos con los que trabajar. De allí, se mueve al momento de desarrollo y networking. Nos focalizamos en la gente. Si no se es buena persona, no se puede ser buen emprendedor, sentencia Sirois. Las empresas se dividen en tres categorías, según su desarrollo: bronce, plata y oro. Estas últimas reciben mentoría internacional y son candidatas a recibir ayuda financiera, en forma de préstamo.
En frica, ya se otorgaron más de u$s 20 millones. En Inicia, por su parte, hay actividades, seminarios y programas para cualquier momento del desarrollo. Uno es Ideas en Acción, dirigida a quienes no tienen en claro qué hacer. Ayuda a definir objetivos.
Otro es Nuevos Emprendedores, que permite utilizar durante cuatro meses todos los servicios de Inicia, junto a un mentor que guía y ayuda al entrepreneur. También, hay una incubadora y un programa de dos meses, que recorre la creación de una empresa y culmina con la presentación de los planes de acción a un consejo de número uno de firmas.
Estamos enseñando a hacer negocios y necesitamos que la organización sea sustentable. Pero a precios muy accesibles: un seminario de tres horas cuesta $ 90, aclara Joaquín Sorondo, presidente de Inicia, que tiene un premio anual al Mejor Emprendedor, cuyo ganador accede a un año de los servicios de la institución y un viaje de negocios a Europa.
Otra organización de apoyo es Emprear, que, a través del área de Apoyo a Emprendedores, ofrece asesoramiento a quienes quieran iniciar este camino, en alianza con programas del Gobierno y empresas. También, posee un Club de Emprendedores, que promueve el networking, realiza desayunos con entrepreneurs que cuentan sus experiencias y dicta, junto al Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), un programa de formación, al que sumó tres propios este año. No ofrecemos financiamiento directamente. Pero ponemos en contacto a los emprendedores con grupos de inversores o fondos interesados, aclara Fernando Sola, coordinador del área, que también promueve y ayuda a la incubación de start-ups.

Primeras letras
A nivel gubernamental, el Ministerio de Ciencia y Tecnología, a través de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, otorga financiamiento por medio de cuatro fondos. Los orientados puntualmente a emprendedorismo son el Fontar y el Fonsoft. Este último, creado para promover la industria tecnológica, tiene una línea para entrepreneurs cuya inscripción cierra el 26 de abril y financia la transición de una persona que, con un proyecto decidido, debe renunciar a su trabajo y mantenerse sin salario hasta ser rentable.
Creamos el puente en la fase inicial, que suele ser cuando más fracasos se dan. Fijamos un sueldo y subsidiamos hasta el 50 por ciento del monto del proyecto, hasta $ 270.000 por emprendimiento, especifica Facundo Lagunas, director de los dos fondos.
El Fonsoft adjudica $ 60 millones anuales y financia más de 300 proyectos al año. El Fontar, en cambio, otorga Aportes No Reembolsables (ANR) en cuatro convocatorias anuales a entrepreneurs. Dos, orientadas a nano y biotecnología y TICs, y otras dos, a la industria en general. El Estado es socio y solidario en el riesgo y exige que sean proyectos de desarrollo, aclara Lagunas.
A nivel universitario, las escuelas de negocios de las universidades promueven la creación y el desarrollo de business plans entre sus alumnos. Por caso, el IAE, la esdcuela de negocios de la Universidad Austral, abarca tres campos: Investigación (realiza el capítulo local del Global Entrepreneurship Monitor), Capacitación (cursos en los posgrados y de educación ejecutiva) y Creación de Empresas, canalizado a través de la Competencia Naves. Va por la 13a edición y apunta a lograr el lanzamientos de nuevos emprendimientos y agregar valor a los participantes, define la directora del centro, Silvia de Torres Carbonell. En 2011, además, sumó Naves Federal, red de competencias de proyectos de negocio para el interior. El Centro impulsó la creación del Club de ngeles Inversores de Antiguos Alumnos, que evaluó más de 400 proyectos desde 2005, efectuó 100 due diligences e invirtió más de u$s 3,2 millones en más de 20 proyectos.
El ITBA focaliza en alumnos y emprendedores externos que quieran concurrir a sus cursos (hay uno, cuatrimestral, que forma en un conjunto de competencias, cuesta $ 8.500 y culmina con un plan de negocios listo para presentar a inversores). Además, damos asesoramiento y tutoría para alumnos y ofrecemos incubación, para ayudarlos a no tener tantos gastos fijos al comienzo, añade Juan Manuel Menazzi, al frente del Centro.
La Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) también tiene su Centro de Entrepreneurship, enfocado en sus alumnos. Además de crear business plans, se los expone al contacto con empresarios y potenciales inversores. Por otro lado, habilitamos en el MBA la opción de que alumnos hagan un proyecto, con la condición de que, luego, lo implementen", apunta Daniel Serrot, del Centro de la UTDT.
Noticias de tu interés