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Jobs, el perfil de un hacedor

Co-fundador y máximo responsable de Apple, fue uno de los ejecutivos más importantes de los últimos 10 años. También fue uno de los líderes de la revolución digital. Su fortuna rondaba los US$ 8300 millones.

Pasión por las máquinas. Hijo adoptivo de Paul y Clara Jobs, Steve siempre se mostró interesado por la electrónica y los gadgets. Formó parte del Hewlett-Packard Explorer Club, donde ingenieros de HP mostraban a los jóvenes sus nuevos productos. Allí, a los 12 años, Jobs vio, por primera vez, una computadora. No es la única particularidad de su biografía. Por ejemplo, tras abandonar la universidad, realizó un retiro espiritual en la India. Vegetariano, además, sufrió varios problemas de salud. En 2004, le diagnosticaron un cáncer de páncreas, que superó con éxito. A principios de 2009, anunció que, por un desequilibrio hormonal, delegaba las responsabilidades de CEO de Apple a Timothy Cook. En abril de 2009, se sometió a un transplante de hígado y, en septiembre, se reincorporó a la compañía. Pero en agosto último, ya casi derrotado por la enfermedad, volvió a dejar la firma que creó. Ayer, se despidió para siempre.

Turnarounder
En la década del ‘90, la firma de la manzana vagaba sin rumbo: corría detrás de IBM y Microsoft, resignaba market share y sufría pérdidas millonarias. En ese marco, Apple compró NeXT en 1996 por US$ 430 millones y Jobs retornó a la empresa. Como CEO interino, recortó gastos y, en un año, la compañía recuperó la rentabilidad, con el empuje de la línea iMac. La combinación de diseño y tecnología se convirtió en el sello de la marca. Revolucionó el mercado de la música digital con el lanzamiento del iPod en 2003, que duplicó sus ventas de un trimestre a otro, y con el portal iTunes vendió 5 millones de canciones en sus primeras ocho semanas. Luego lograría otro gran suceso con el lanzamiento del iPhone, en 2007.

En el tercer trimestre de su año fiscal 2011 (abril, mayo y junio de 2011) cerrado el 25 de junio último la compañía logró  ventas por US$ 28.570 millones y un beneficio neto trimestral de US$ 7310 millones, equivalente a US$ 7,79. Sin embargo, esta mañana, tras el fallecimiento del líder de Apple, las acciones caían un 1 por ciento.

Pensar distinto
Think different. Entre su ida y vuelta de Apple, Jobs decidió crear NeXT, empresa de computadoras de alto diseño que puso fin a la era de los disquetes, al reemplazarlos por un disco óptico. Sin embargo, el precio de las máquinas resultó demasiado alto para los usuarios. En 1993, optó por concentrar su mente en software: el sistema operativo NeXTSTEP. Además, como dueño de la firma de animaciones digitales Pixar (adquirida a George Lucas por US$ 10 millones), firmó un convenio con Disney para realizar la película Toy Story en 1995, que se transformó en un suceso de taquilla. Once años después, Disney se quedó con Pixar por US$ 7400 millones y Jobs pasó a formar parte de la junta de la empresa.

La manzana de la inspiración
En el garage de la casa de Jobs y con US$ 1000 de capital inicial obtenidos tras la venta de la calculadora HP de Steve Wozniak (su socio) y el Volkswagen de Jobs, nació Apple. Tras el éxito logrado por Apple I y Apple II, Mike Markkula, ejecutivo retirado de Intel, se convirtió en inversor de la compañía. En enero de 1978, la firma ya estaba valuada en US$ 3 millones y había vendido más de 10.000 equipos. A los 24 años, Jobs era millonario y sería nombrado luego presidente del Consejo de Administración. Probó más tarde con una nueva computadora, Lisa -por el nombre de su hija, a quien reconoció muchos años después-, pero resultó un fracaso comercial y financiero. El ejecutivo se sumergió entonces en un nuevo proyecto: la Macintosh, lanzada al mercado en 1984. Sin embargo, el resultado tampoco fue el esperado. Aunque se había convertido en objeto de culto entre los estudiantes, no logró sostener sus ventas. En mayo de 1985, la junta de Apple votó la destitución de Jobs, poniendo fin a su primera etapa en la firma.

 

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