La experiencia de un emprendedor argentino en el CES 2013




En un mundo donde la innovación tecnológica se concentra en polos como Silicon Valley o Tokio, poder innovar desde acá lejos, parece imposible. Pero se puede.

Desde hace un año y medio junto con mis socios Raúl Verano y Juan Porta venimos desarrollando Shopperception, una tecnología que utiliza sensores 3D para capturar el comportamiento del consumidor en tiempo real y las acciones con los productos, para mejorar la experiencia de compra.

A mediados de diciembre, recibimos un correo del responsable de negocios de PrimeSense, la empresa israelí creadora de los sensores 3D. Habían visto lo que desarrollamos en la Argentina y querían invitarnos a ser parte de su stand de innovación en el Consumer Electronic Show (CES) 2013 en Las Vegas.

Lo primero que uno puede remarcar de el CES es el tamaño (176515 m2) y la importancia de lo que allí sucede. Las grandes marcas presentan los nuevos productos buscando captar el interés de los consumidores y la prensa. Incluso Bill Clinton realizó alguna presentación en el corredor central.

En el CES confluyen más de 160.000 personas en 4 días desde todos los países. Es un crisol de razas, culturas e idiomas. Los asiáticos se interesan en todo, aún cuando no les sea de utilidad inmediata. Los europeos buscan respuestas tecnológicas a una crisis económica que lleva ya demasiado tiempo. Los norteamericanos entienden a la innovación como motor de su economía y los latinoamericanos buscan solidificar la buena perspectiva local manteniendo un ojo en el mundo.

Para un startup como el nuestro, esto representaba un gran oportunidad de tener acceso a prensa internacional y empresas de primer nivel para que conozcan nuestra tecnología y nuestra visión para el futuro del retail.

Nos preparamos de la mejor manera. Probamos y ejecutamos nuestra demostración cientos de veces. Ajustamos los detalles más importantes y los que no se ven. Pensamos hasta en los colores de las cajas de cereal que formarían parte de las góndolas de ejemplo. Y hasta practicamos los errores, esos que siempre aparecen, y para los que hay que estar preparados.

No hay segunda oportunidad. Cada personaje importante, reportero, banquero o potencial cliente solo pasa una vez. Y todo tiene que salir perfecto cuando le mostrás tu tecnología.

Y una vez que todo sale perfecto, solo se tiene un minuto más para lograr despertar el interés del próximo paso, de la próxima reunión o del próximo llamado.

Trabajamos en tándem. Quien no estaba dando la demostración, se adelantaba preparando el material que se necesitaba en los próximos 30 segundos o bien le apuntaba algún feedback en función de la respuesta del visitante al orador.

Conseguimos muchísima cobertura de la prensa internacional, cerramos acuerdos y tenemos la suerte de que potenciales clientes nos contactaron a partir de lo que vieron en el CES.

Nosotros buscamos llevar innovación de la Argentina al mundo, y después de ver los resultados nos alegramos de saber que valió la pena.

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